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Cuando se habla de productividad personal se refiere a optimizar los recursos para obtener un mayor beneficio; en este caso con una diferencia, se entiende como recurso de la persona, básicamente el “tiempo” y los elementos de que dispone, y como producto la consecución de sus “objetivos personales”.
A propósito del tema, David Torné, especialista en esta materia dice que “La búsqueda de la productividad personal no es un camino para conseguir un mayor rendimiento, es una vía para obtener una mayor calidad de vida racionalizando el tiempo y el esfuerzo que dedicamos a nuestros asuntos”.
Ser productivo es una habilidad que se aprende, pero no de un día para otro porque tiene que ver con hábitos. Es así como en la casa y desde pequeños, de acuerdo con su edad, los padres o personas a cargo deben comenzar a fomentar en ellos ciertos hábitos. Luego, en la escuela se debería continuar con esta labor, no se trata de exigir más de la cuenta sino de educar dando atención a la adquisición de comportamientos que contribuyan a ser mejores personas, estudiantes y futuros profesionales y a tener una vida adulta más gratificante.
Los siguientes son algunos hábitos que se pueden trabajar en los niños:
* Utilizar las palabras mágicas para conectar mejor con las demás personas. Saludar, sonreír, disculparse, felicitar, agradecer, entre otros.
* Compartir y jugar sin pelear ni agredir.
* Escuchar con atención y sin interrumpir. Hablar sin usar expresiones ofensivas.
* Tener ciertas rutinas, como tiempo para estudiar, descansar y jugar.
* Darle ciertas responsabilidades como tender la cama, recoger su ropa, organizar su habitación. Sus útiles escolares y cumplir horarios.
* Enseñarles a valorar el tiempo y a entender que este recurso no se puede recuperar.
* Enseñarles la importancia de expresar afecto y empatía.
* Fomentar en ellos la lectura.
* Limitar el tiempo ante la TV y en redes sociales.
* Practicar algún deporte o hacer ejercicio.
* Motivarlo a hacer listas y revisarlas. Por ejemplo, de lo que quiere hacer durante el día, o en lo semana, de lo que quiere comprar con sus ahorros, es un excelente hábito.
* Estimularlo para que termine lo que inicia. La procrastinación es uno de los hábitos que mayores frustraciones genera.
Si queremos que los niños lleguen a ser personas productivas, satisfechas de sus logros, empáticas y buenos ciudadanos, los padres y maestros deben ser sus mejores ejemplos de vida, finalmente la calidad de la vida depende entre otras cosas de la calidad de los hábitos.
«La productividad personal es, en gran medida, sentido común pero, desafortunadamente no es práctica común», Richard Boyatzis.
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