Sonriente, amable y entrador se mostró ayer Jorge González, el exvocalista de Los Prisioneros, pocas horas antes de presentarse en su primer y único concierto en Ibagué, adonde llegó acompañado de su nueva banda para interpretar los éxitos que lo catapultaron en los 80, como Muevan las Industrias, Sexo, Tren al Sur, Por qué no se van, We are Sudamerican Rockers y El Baile de los que sobran.

Durante un diálogo con EL NUEVO DÍA, aseguró que la música, además de ser la mejor herramienta para alimentar el espíritu, es un arma política muy fuerte.

"Pienso que es un arma para llevar a los pueblos al lado que a los poderosos les conviene; es como al comienzo de los 90 en Estados Unidos el gangsters con toda esa personificación del negro como machista, con pistolas y droga todavía persiste, porque hay seres muy grandes que ayudan a que esto se masifique", dijo.

Es por ello que al preguntarle cómo ve la industria musical actual, expresó que hay de todo, aquellos que quieren probar y hacer cosas nuevas, así como otros que tienen intenciones muy lejanas a la difusión del arte, que sólo les importa el dinero.

"Esto está pasando en todos los géneros; hasta en el reguetón hay artistas que hacen cosas positivas, que quieren llevar la cosa por el lado expresivo y artístico, y otros a quienes no importa el mensaje que den desde que sea rentable", argumentó.
    
"Soy quien soy por la música"
Jorge González indicó que es incómodo siempre explicar que Los Prisioneros ya no existen y que ahora es él como solista, pero como influencia la agrupación sigue viva, y lo llena de satisfacción interpretar periódicamente sus temas, paralelamente a trabajar con ritmos electrónicos en Berlín, donde está adelantando la producción de lo que será su nuevo álbum como solista, del que, anunció, es voz acompañado de guitarra acústica.

A la vez que dijo que la música le ha permitido ser alguien en realidad, pero, sobre todo, "poder comunicarme y viajar a muchos lugares y sólo podré decir hasta dónde me ha llevado cuando termine mi último día de vida".

Preguntas y respuestas
¿Por qué se alejó del rock en español para dedicarse a la música electrónica?
"Empecé a usar los elementos de la música electrónica en la época cuando tocaba con Los Prisioneros, en temas como Muevan las industrias o El baile de los que sobran, y a mediados de los 90 empecé a interesarme por hacer colaboraciones con DJS, músicos electrónicos y ahora llevo una carrera que me ha permitido tocar en muchos lugares a los que antes no llegué como Japón, Inglaterra y Alemania".

¿Qué lo mueve entonces a regresar a sus anteriores éxitos?
"Emoción, al ver que 25 años después de la primera canción que escribí todavía haya público que la pueda corear, por eso me siento contento de cantar esta música si bien no es la que hago ahora.
"Hay una posibilidad de publicar canciones nuevas como solista el próximo año, pero una canción nueva no quiere decir que reemplace las antiguas, por eso siempre termino cantando todos mis temas clásicos, ya que, cuando uno toca, mucha gente que te va a ver lo hace por una canción que significa algo para ellos".

¿Qué le dejó su paso por Los Prisioneros?
"Precisamente eso: mi música. El hecho de que las grabaciones persisten y que haya muchas bandas que estén aprendiendo a tocar y sacar alguna de Los Prisioneros a ver si la pueden interpretar, es importante".

¿Qué lo motivó a presentarse en Ibagué?
"Tras 25 años de mi primera canción tengo la oportunidad de tocar en Ibagué, que es una ciudad donde no todos los artistas llegan; la mayoría va a las capitales, pero cuando llegas a las otras ciudades importantes de los países significa que el éxito tuyo es más profundo, y venir a Ibagué a tocar un show grande ante mucha gente sin haber sacado un disco exitoso en 'miles' de años me parece que es algo meritorio y lindo y me siento muy agradecido de esa oportunidad".

¿Continúa componiendo y qué lo inspira?
"Sí y me inspiro con distintas cosas y en distintas músicas. Además me motiva la obligación de terminar un disco; cuando uno promete sacar algo hay necesidad de poder exprimir todo y encontrar la inspiración como sea".

De todas las canciones que ha hecho ¿cuál cree la más importante?
"No recuerdo una que musicalmente me haya tocado más que las otras; de hecho, ninguna la encuentro tan buena como las que yo admiro, pero, en términos de que me hayan llevado lejos: El baile de los que sobran, es la que me ha traído más significación, no por ser un hit sino por lo que significa a la gente al cantarlo".

¿Qué conoce de la música colombiana?
"La verdad, no mucho. Les puedo contar que ahora cuando toqué en Medellín me compré una caja triple de CDs gaita y cumbia antigua; me las estoy llevando porque en Berlín hay mucha gente que escucha esa música y hay muchos DJs de cumbia, ya que allí las fiestas de cumbia se han convertido en un fenómeno, entonces estoy seguro de que muchos artistas van a poder combinar esto con lo nuevo que están tocando".

Sus letras han tenido un fuerte sentido social, entonces ¿cómo ve políticamente a Latinoamérica y a Chile?
"Como siempre, todo el mundo políticamente es un desastre, porque por un lado están los políticos, que son figuras que aparecen en las cámaras y la televisión y por detrás los intereses económicos que financian sus campañas, que son los que realmente son los dueños de la política; entonces hasta cuando no existan esos verdaderos gobiernos de las sombras que son las multinacionales, los multimillonarios de cada país, sobre todo estos latinoamericanos que están dispuestos a traicionar a su pueblo, porque, la verdad, nunca se han sentido parte de nuestro pueblo, podría haber un cambio".