La esperanza toma ‘vuelo’ tras hallar nuevamente al Tinamú del Magdalena en el Tolima

Crédito: HERNÁN ARIAS / EL NUEVO DÍATinamú del Magdalena, también denominado Crypturellus erythropus saltuarius.
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Esta redacción dialogó con una de las personas que hizo parte parte de la expedición mediante la cual se confirmó la novedad respecto a una subespecie que había sido documentada durante la Expedición Botánica liderada por José Celestino Mutis.
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La noticia del redescubrimiento del Tinamú del Magdalena en el departamento, se ha difundido con una suerte similar a la de su hallazgo. Poco a poco y con prudencia, el nombre del ave endémica encontrada en el bosque seco ubicado entre las poblaciones de Honda y Armero - Guayabal recorre la agenda informativa regional y nacional.  

Y no es para menos, pues conforme con la Asociación Tolimense de Ornitología, Anthocephala, quien entregó la ‘buena nueva’, la subespecie hasta el momento era considerada extinta en la región.

Según reseñaron, en la región “tan solo había sido documentada durante la Expedición Botánica liderada por José Celestino Mutis”, un ejercicio que marcó la historia del país y mostró las múltiples bondades de la naturaleza hace más de dos siglos.

Claro está, todo surgió del avistamiento de un ejemplar sin vida en el corregimiento de Méndez, en Armero - Guayabal, por parte de Cristian Mauricio Cardona y Felipe Vasco el pasado 3 de julio, conforme precisa el comunicado emitido por la asociación.

ave

HERNÁN ARIAS / EL NUEVO DÍA

 

Una vez se dio a conocer tal novedad, en el marco de un país con gran diversidad de aves y una región con un potencial para el avistamiento que representa, además, un atractivo para el turismo, se conformó una expedición que buscaba confirmar la presencia del ave. 

Entre las cinco personas que se aventuraron en el bosque del norte del Tolima, luego de un trabajo previo, concerniente a la identificación de posibles zonas a recorrer, la consulta sobre la ecología del ave, entre otros, estaba el biólogo Hernán Arias, quien logró capturar a través de su cámara uno de los momentos más memorables en sus más de dos décadas en el pajareo.

En diálogo con esta redacción contó que el pasado 23 de julio, partieron a las 4:30 a.m. hacia la zona seleccionada y posteriormente se dividieron en dos grupos, con el ánimo de abarcar mayor terreno.

“En principio, realizamos grabaciones de sonido para registrar el coro del amanecer, nuestra expectativa era captar, en medio de ese coro, las primeras vocalizaciones del ave”, pero no lo lograron.

expedición

David Juez, Hernán Darío Arias, Ronald Mauricio Parra, Juan Manuel Linares y Jaime Bolaños integraron la expedición. TOMADA DE ASOCIACIÓN TOLIMENSE DE ORNITOLOGÍA  / EL NUEVO DÍA

 

No obstante, no se rindieron. Junto a su compañero acudieron en un par de oportunidades al playback, método que según explicó consiste en reproducir sonidos, previamente grabados, correspondientes a la misma especie o especies similares a la que buscan, para intentar estimularla y generar así un comportamiento que permita ubicarla.

Si bien no surtió efecto en la primera ocasión, cuando ya había amanecido, probaron nuevamente mientras esperaban hacer contacto con el otro grupo. “Después de hacer ‘playback’ varias veces, junto con mi compañero nos miramos y nos parecía escuchar algo, una respuesta con un sonido similar al que estábamos reproduciendo pero no estábamos seguros porque estaba distante, estábamos en un cañón y el sonido rebotaba”, relató.

Con el tiempo, el sonido era más fuerte, y “logramos confirmar que lo que estábamos escuchando sí era el Tinamú y llamamos a los compañeros del otro equipo”, apuntó. Una vez reunidos los equipos, se encaminaron hacia el punto desde el cual consideraban se emitían los cantos.

Allí usaron de nuevo el ‘playback’, pero esta vez con las últimas grabaciones que habían efectuado en el sitio, y aunque el ave se acercó, no lograron observarla. Sin embargo, tiempo después, “uno de los compañeros me dijo ahí está, aproximadamente a 15 metros, se movía despacio, calmado, pero era difícil observarlo porque estaba metido entre la maraña, y era difícil distinguirlo, y después de varios intentos logramos obtener las fotos”, acotó.

Así pues, y tras la felicidad que afloró en su momento, Arias es consciente que ahora la tarea es conservar el ave, cuestión en la que resulta fundamental la protección del bosque seco, y obtener más información sobre diferentes aspectos de la ecología de la subespecie, por lo que es necesario aunar esfuerzos desde diferentes sectores y actores.    

Y este es, justamente, uno de los puntos que trae a colación el comunicado emitido por Anthocephala: “El bosque seco tropical, es uno de los ecosistemas más perturbados y amenazados en Colombia; por ello es importante anotar, de manera preliminar, que la especie sólo fue registrada al interior de fragmentos extensos de bosque en buen estado de conservación, lo que hace altamente probable que la especie requiera la integridad de este hábitat para su subsistencia”.

 

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Credito
Redacción Tolima

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