En bodegas para almacenar la mercancía de algunos vendedores informales, para reciclar basuras, además como dormitorio y baño público para habitantes de la calle, se han convertido durante ocho años el segundo piso del centro comercial Chapicentro y el Andrés López de Galarza.
Ambos lugares fueron habilitados para los informales que se retiraron de la carrera Tercera con calles 12, 13 y 14, durante la administración de Rubén Darío Rodríguez, siendo gerente de la Gestora Urbana, Julia Aurora Ramírez, actual asesora de vivienda para el Tolima.
No obstante, las construcciones empezaron a decaer y a presentar un alto deterioro con el tiempo.
Adicionalmente, existe una sentencia del Tribunal Administrativo del Tolima, que tiene como referencia el incidente de desacato -acción popular contra los exalcaldes Jorge Tulio Rodríguez y Rubén Darío Rodríguez-, “porque nunca se les brindaron a los vendedores las garantías necesarias para el ejercicio de su oficio.
“Tanto es así, que según quejas formuladas, algunos de los vendedores perdieron mercancía por la humedad y las goteras que presenta la estructura, irregularidades verificadas por la Contraloría y Personería", expone la sentencia.
“Además, porque el compromiso que se tenía era que los mencionados centros comerciales tenían que ser autosostenibles, situación que llevó a que los informales volvieran a las calles y utilizaran dichos locales como bodegas y que a su vez se volvieran blanco fácil de los robos”, contó Juan Carlos Granados funcionario Público de la Gestora Urbana.
La Administración
Han pasado más de ocho años aproximadamente y los centros comerciales siguen en total abandono.
En el caso del centro Andrés López de Galarza, que debe ser administrado por la Gestora Urbana, luce un aspecto desolador, pues de los 246 locales, solo hay 81 ocupados.
“Los demás están sucios, deteriorados, con los candados robados, sin luz y con heces fecales dejadas en todo lado, situación que provoca que las pocas personas que seguimos aquí no generemos muchos ingresos”, dice Ema Helena Salgado, ocupante.
Situación similar ocurre con el segundo piso de Chapicentro. Adriana Marcela Bustos Guzmán, administradora del establecimiento expresa que los vendedores nunca quisieron ocupar el establecimiento.
“Está abandonado y a las personas a las que se les adjudicó los locales le están dando el uso que no es. Fuera de eso, es perjudicial para nosotros por la inseguridad que representa para los que ocupamos el primer piso y que es administrado por Infibagué”.
De otra parte, Granados indica que pese a que la Gestora Urbana fue la entidad que construyó a Chapicentro, la administración de dicho lugar desde un principio debió ser responsabilidad de Infibagué y no de ellos.
Por tal razón, manifestó que se están haciendo los trámites correspondientes para que dentro de un mes se haga entrega oficial del segundo piso de Chapicentro al Instituto de Promoción de Ibagué.
“Nosotros desde hace muchos años, sin ningún compromiso tenemos una carga administrativa que no nos corresponde”, asevera el funcionario.
Soluciones anheladas
Para los ocupantes del primer piso de Chapinero, es importante que se defina a quién le pertenece el segundo piso del centro comercial, si a la Gestora Urbana o a Infibagué.
Lo anterior, porque de esta forma, se puede exigir más compromisos por parte de la Administración local.
En cuanto a los locales del centro comercial Andrés López de Galarza, Juan Carlos Granados informó que se está procurando dar cumplimiento a los compromisos que adquirió la Alcaldía de vender los locales a los ocupantes.
“Pero viendo el estado en que está el centro comercial, la idea es que se haga un proceso jurídico para cancelar el contrato de arrendamiento de personas que nunca utilizaron los locales y, posterior a eso, hacer una inversión para su mantenimiento y valorizarlo.
“El centro comercial, estructuralmente, está muy bien; lo que necesita es algo de mantenimiento, aseo, pintura, que no afectaría mucho las actividades que se desarrollan”, concluyó Granados.
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