Según el propietario del animal debido al traumatismo, Zaga (nombre de la Golden), quedó tendida en el piso sin poder movilizarse.
Al parecer, Rengifo quien transportaba seis menores de edad al momento del accidente, no prestó auxilio alguno a Zaga y solo manifestó no haberla visto.
“Entre varios vecinos del conjunto, llevé a la perra hasta el centro médico Medifauna. Allí fue valorada por el veterinario Rodríguez, quien después de estabilizarla y tomar radiografías, evidencia fractura de pelvis y caderas desplazadas, tan grave que produce compresión nerviosa con pérdida de sensibilidad del miembro inferior derecho e imposibilidad de movilizarse por el resto de sus días, además, de trauma vesical lo cual causa hematuria, orina con sangre”.
Según el afectado desde que Zaga fue trasladada a la clínica veterinaria y hasta las 5 de la tarde cuando debido al mal pronóstico de salud, se decidió practicarle la eutanasia, Ferreira se comunicó en tres oportunidades con Rengifo para que se presentara a la veterinaria y limitándose a responder que no pagaría los costos de la atención médica.
Rojas quien desde hace 11 años compartía con esta Golden, critica la actitud de indiferencia y acto deshumanizado de Rengifo quien se exoneró de toda culpa.
Una excusa
Zaga padecía de obesidad, registraba un peso de 54 kilos y sufría de artrosis, por lo cual caminaba muy lento y efectuaba múltiples pausas.
Por su tamaño, Rojas no entiende cómo Rengifo, conductor del vehículo escolar, no se percató de la presencia de la misma.
Al parecer, iba distraído y a una velocidad que no le permitió frenar oportunamente.
“Pudo haber atropellado a cualquier niño, que no tiene el peso y tamaño de Zaga. Un niño a los 5 años pesa menos de 20 kilos, es decir, menos de la mitad de lo que pesaba la perra y con un promedio de estatura muy similar. En esta oportunidad fue Zaga, quien sufrió al imprudencia de este conductor. Un conductor atento, que estuviera mirando al frente, con una agudeza visual normal, hubiera visto a Zaga y no la había atropellado.
“Además no hubiera expuesto a los niños que transportaba a un posible volcamiento porque como lo mencioné, un animal de gran tamaño puede generar inestabilidad en el carro, y producir un accidente. Por otro lado si el conductor vio el animal y a pesar de esto lo atropelló, las consecuencias serían las mismas, además, de evidenciarse un acto voluntario que merece ser denunciado por maltrato animal y daño en bien ajeno”, puntualizó.
¿Peligro al volante?
Según Rojas al revisar los antecedentes del señor Alfonso Rengifo, aparentemente, tiene la licencia de conducción vencida desde el pasado 14 de junio de 2006, registra cinco multas, por las cuales adeuda tres millones 674 mil pesos.
Al parecer, las infracciones fueron impuestas por cruce de semáforo en rojo, y conducir peligrosamente, poniendo en riesgo la vida de las personas. “La pregunta es, debería este conductor seguir manejando bus escolar”.
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