Para quienes hemos tenido la oportunidad de administrar recursos (públicos o privados) y dirigir grupos de personal, con frecuencia tenemos que evaluar, tomar la lección y medir el compromiso frente a responsabilidades previamente adquiridas.
Las transferencias del Sistema General de Participaciones destinadas a las comunidades indígenas tienen un propósito noble: saldar una deuda social; y el Estado colombiano reconoce su responsabilidad asignando recursos en el presupuesto general de la nación para que sean transferidos a los resguardos indígenas, y que se utilicen para resolver los problemas sociales de esas comunidades.
La solución de los dos Estados es vista como una salida justa por la mayoría de países, los cuales reconocen los derechos y aspiraciones de un pueblo que, hasta el momento, no ha tenido quién vele por él con garantías reales. Apoyada por la comunidad internacional –alegan algunos– una solución biestatal podría contribuir a la estabilidad regional y ofrecer, finalmente, un camino espinoso pero cierto hacia la paz de los pueblos.
No es un ‘typo’. Sí, es “polícula”, con “o”. La palabra es una mezcla entre “poliamor” y “molécula” y nombra una red de relaciones de afecto y cuidado no necesariamente sexuales ni románticas.