Es inaceptable ver que cada día más va en aumento las cifras de personas lesionadas o fallecidas a causa de la intolerancia, seres humanos que al más mínimo contacto con su semejante se llenan de ira y la traducen en violencia.
El atentado terrorista en dos mezquitas en la ciudad de Cristchurch, Nueva Zelanda, abre un hito macabro en la historia de las masacres. La muerte de cincuenta personas de origen musulmán e igual número de heridos, por parte de un fascista confeso que expreso su racismo y se valió de Facebook para mostrar las imágenes de su acto cobarde durante diecisiete minutos, abre la posibilidad de que el terrorismo generalice el uso de este medio “en vivo y en directo”, gracias a la tecnología, la misma que quedó en evidencia cuando no pudo borrar inmediatamente dicho contenido.
Las comunidades de los nativos americanos (peyorativamente “indios”) de los departamentos del Cauca y Nariño y del suroccidente del Huila se han y se siguen haciendo sentir por primera vez en la presidencia del abogado Iván Duque Márquez quien, por lo visto, hasta el momento se ha hecho el desentendido del problema e invoca razones imposibles de superar para acercarse, así fuera aproximadamente, a los dirigentes y bases de este movimiento social de carácter ancestral, en procura de satisfacer sus reclamos.