A estas alturas del período presidencial, es un hecho que Gustavo Petro, quien proclamó a su gobierno como “el del cambio”, les generó una gran frustración a sus electores.
Hasta el martes pasado, Gustavo Petro defendió al ministro de Hacienda Ricardo Bonilla, incluso con charlatanerías como afirmar que era “víctima de una trampa”, absolución que no argumentó, en contraste con las pruebas aportadas en su contra por Olmedo López, Sneyder Pinilla y María Alejandra Benavides.
Con el respaldo de César Gaviria y el partido liberal –más otros enmermelados de los mismos con las mismas que eligieron a Gustavo Petro– avanza en el Congreso la reforma que les reduce los derechos pensionales a los jóvenes colombianos y en especial a los que ganen más de 2,4 salarios mínimos, unos tres millones de pesos.
1.- Entre lo mucho que se ha dicho sobre la reforma a la salud, reforma que se hundió porque Petro perdió el respaldo de Santos, Samper y César Gaviria y de los partidos Liberal, Conservador y de la U –claves para que ganara la Presidencia–, deben explicar: ¿Quién faltoneó a quién? ¿Petro a sus grandes electores o sus grandes electores a Petro?
Jorge Espinosa publicó las conclusiones y recomendaciones del estudio de Control Risks (Control de Riegos), en las que le fue pésimo a Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, quien ya ha debido salir de ese cargo. Estos son apartes del texto:
Empiezo por decir que me gustan los trenes. Mientras pueda me subo en uno y he viajado bastante en ellos. Y en mi esfuerzo por comprenderles sus posibilidades y limitaciones concluí algo clave que suele olvidarse: cada medio de locomoción debe ser el mejor para cada necesidad: gatear, caminar o correr, ir en triciclo, en bicicleta o en moto, en automóvil, buseta, bus o BRT (transmilenio), en tren, en tranvía o en metro ligero o pesado y de superficie o subterráneo, dependiendo de las circunstancias. Cero dogmatismos.
Bogotá es de las pocas ciudades de su tamaño en el mundo que aún no tiene metro, en razón de décadas de errores que incluyen mucho desdén por las necesidades de sus habitantes, intereses contra la ciudad y mezquindades políticas.
Hace unos días, César Ferrari, superintendente Financiero y profesor de la Javeriana, explicó que entre 1960 y 2015, en dólares de ese año, el producto por habitante creció 48,5 veces en China, 32,7 en Corea y apenas 3,4 en Colombia. Porque China subió de 238 a 11.360 dólares, Corea de 1.027 a 33.645 y Colombia solo de 1.961 a 6.858, con el agravante de que pasamos de punteros a coleros. Y desde 2015 el crecimiento colombiano ha sido tan mediocre como antes.
La grabación en la que Oscar Iván Zuluaga reconoce que a su campaña de 2014 sí entró plata ilegal de la trasnacional Odebrecht –1,6 millones de dólares– confirma lo que afirmé en cinco debates en la plenaria del Senado, entre 2017 y 2021.
No faltan los partidarios del actual gobierno nacional que me atacan porque defiendo la economía empresarial, pues, muy equivocados, de allí concluyen que soy enemigo de los trabajadores, cuando es obvio que no hay empresas sin asalariados ni asalariados sin empresas. Y sin el desarrollo de esas relaciones, las sociedades no pueden generar la riqueza que exige elevar de verdad los niveles de vida de los países, incluidos los de los empleados de todos los tipos.