Esta semana me tocó padecer en carne propia los bloqueos que realizan constantemente grupitos de personas entre las poblaciones de Fundación, Ciénaga y Tasajera, en el departamento del Magdalena.
Este relato comienza el 26 de agosto de 2017, cuando advertí en este espacio al gremio de los arroceros -Fedearroz-, la importancia de administrar eficazmente los recursos que estaba recaudando de la ETC Col-Rice, por las subastas de importación de arroz desde los Estados Unidos, y los recursos de las cuotas de fomento que aportan los agricultores.
Se terminó el periodo de esta legislatura, sin que ninguno de los partidos políticos, tramitara un solo proyecto de ley, que fomentara la inversión en el campo para producir más alimentos y materias primas, en las mismas condiciones que lo hacen los países desarrollados con sus productores del campo.
Cuando uno revisa el comportamiento histórico de la cartera bancaria de los diferentes sectores económicos del país, el sector agropecuario, siempre está en los últimos lugares del ranking de financiación.
Las altas temperaturas y la escasez de lluvias en la región Caribe, tiene a los agricultores y ganaderos muy angustiados por el impacto negativo que puede causarles este cambio climático en la productividad de las explotaciones agrarias y sus ingresos.
En economía, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) de un país decrece dos trimestres consecutivos, se dice que entra en recesión. Es decir, hay una contracción de la economía y una caída en la producción y el empleo, generando empobrecimiento.
En febrero, le advertí al Ministerio de Agricultura, en esta columna, la urgencia de destinar un cupo de créditos y un paquete de incentivos por subsector agrícola, para ayudar a reducir los costos de producción y preparar a tiempo las siembras.
Anunciaron la compra de tres millones de hectáreas de tierras, pero no especificaron la fuente de los recursos, no planearon el presupuesto ni derogaron las excesivas normas de adquisición y adjudicación de predios rurales. Si hubiesen canalizado las convocatorias y ofertas de tierras a través de los municipios y las compras con recursos de regalías, hoy, estarían adjudicando los primeros predios.