Mujer duro sin despertarse durante 70 días

La enfermedad de Sharik comenzó a manifestarse cuando era muy pequeña.
Crédito: Suministrada/El Nuevo DíaLa enfermedad de Sharik comenzó a manifestarse cuando era muy pequeña.
Esta condición obliga a Sharik a dormir durante días, semanas e incluso meses sin poder despertar, una realidad que ha cambiado por completo su vida.
PUBLICIDAD

En un barrio de Acacías, Meta, vive Sharik Ávila, una joven colombiana que sufre del síndrome de Kleine-Levin, una rara enfermedad neurológica conocida como la bella durmiente, un trastorno que afecta solo a cinco personas por cada millón. En Colombia, Sharik es uno de los tres casos conocidos.

Durante los largos periodos en los que Sharik se ve atrapada en su sueño, su madre, Marleny Tovar, enfrenta una dura realidad. A pesar de que su hija duerme profundamente, Marleny no puede descansar. Ella cuida a Sharik como si fuera un bebé, alimentándola, bañándola y cambiándole el pañal. "No es algo así como en el cuento porque pintan lo superficial, pero no la realidad. Cuando estoy dormida en una casa, que estén pendiente de mí, no valerme por mí misma y tener que depender de alguien para las cosas básicas", explicó Sharik.

La enfermedad de Sharik comenzó a manifestarse cuando era muy pequeña. A los dos años, su madre notó que la niña comenzó a bajar de peso de manera inexplicable. Después de meses de insomnio, los médicos le recetaron medicamentos, pero la situación empeoró. Sharik comenzó a dormir de manera incontrolable, incluso durante días seguidos. Con el tiempo, los episodios de sueño se volvieron más largos y frecuentes, lo que llevó a los médicos a diagnosticarla con el síndrome de Kleine-Levin.

Cuando Sharik cae en uno de estos episodios, su madre se convierte en su único soporte. Marleny relata que en ocasiones, cuando su hija comienza a dormir de forma inexplicable, debe cargarla y llevarla al hospital, donde solo le toman signos vitales antes de regresar a casa. Durante los periodos de sueño, Marleny le da de comer cada dos horas a través de una jeringa, para evitar que su hija pierda peso y sea necesaria una sonda de alimentación.

Cada vez que Sharik se despierta, su primer pensamiento es cuánto tiempo ha pasado. La incertidumbre de si estuvo dormida por días, semanas o meses la atormenta, y el miedo de haberse perdido de momentos importantes como cumpleaños o navidades la acompaña constantemente. Sin embargo, cuando está despierta, aprovecha cada minuto para intentar llevar una vida lo más normal posible, sabiendo que no existe una cura para su enfermedad.

A pesar de las dificultades, la familia Ávila sigue adelante con fuerza. Marleny hace lo posible por mantener su hogar, incluso cuando Sharik está profundamente dormida y ella no puede trabajar.

 

Credito
REDACCIÓN WEB

Comentarios