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Robert Steven Silva, un colombiano de 32 años, soñaba con un mejor futuro junto a su novia. Tras emigrar a Estados Unidos para buscar estabilidad, prometió volver por ella una vez estuviera bien establecido. Cumplió su palabra, pero su regreso terminó en tragedia.
De acuerdo con la investigación, la joven mantenía una relación oculta con un hombre en prisión, a quien visitaba con frecuencia. Cuando este supo que Robert había regresado para llevársela, fue presa de los celos y habría ordenado su muerte.
El ataque ocurrió en el barrio Kennedy de Bucaramanga, donde el joven fue baleado. Su familia, en medio del dolor, pide justicia por su pérdida, recordándolo como un hombre trabajador y decidido. Las autoridades avanzan en la investigación para capturar a los responsables.
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