Subió y cayó como pocas divisas en el mundo, después de Âdesatar un enorme debate sobre las bondades y los peligros que implica la existencia de una moneda 100 por ciento digital, que puede adquirirse de forma completamente anónima, y aislada del sistema financiero mundial supervisado por los bancos y gobiernos.
La divisa digital Bitcoin sigue siendo una apuesta a largo plazo, pero hasta el momento ni sus fluctuaciones de valor, ni los estafadores ni los ‘hackers’ han conseguido disuadir a sus usuarios de que vale la pena comprarlas, o recibirlas a cambio de trabajo, bienes o servicios.
Moneda sin billetes
Usted ya tiene algo parecido a las Bitcoins. Lo usa cada vez que hace una transacción que no involucra dinero fÃsico, como pagar un almuerzo con su tarjeta débito, o aprovechar las considerables rebajas en artÃculos de tecnologÃa que hacen las tiendas norteamericanas el lunes después de acción de gracias. Es decir: mañana.
Pero a diferencia del dinero que usted tiene ahorrado en el banco, las Bitcoins son almacenadas en un sistema abierto compuesto de miles de ordenadores y servidores de Internet alrededor del mundo. Y no pueden convertirse en dinero en un cajero automático, por una razón sencilla: la divisa sólo existe en el mundo digital.
Para conseguir dinero corriente con una Bitcoin, es necesario vender la moneda y comprar dólares, libras esterlinas, o casi cualquier otra moneda. Pero que valga como advertencia: el valor de las Bitcoins aún no es estable; el precio de la divisa frente al dólar varÃa decenas de centavos al dÃa, y puede subir o bajar abruptamente en cuestión de horas.
Los primeros usuarios de las Bitcoins corren un riesgo, acaso más preocupante que las fluctuaciones del valor de su divisa: por el momento muy pocos almacenes, restaurantes o puestos de servicios aceptan Bitcoins como una forma de pago. Y aunque varios portales de Internet han empezado a cambiarlas por sus servicios o artÃculos en venta, aún hay ciudades enteras donde es imposible gastar una sola de estas monedas virtuales.
Seguimiento anónimo
Las Bitcoins tienen un segundo valor, no comercial, sino cientÃfico. Porque el sistema con el que funciona la moneda digital Bitcoin es, sobre todo, un triunfo de la criptografÃa. O al menos uno de sus objetivos más ambiciosos: asegurar la validez y la existencia única de piezas de información digital que representan uno de los bienes más deseados del planeta: el dinero.
En un mundo donde piraterÃa ilegal de canciones y pelÃculas es cotidiana, el sistema de rastreo de las Bitcoins existentes debe asegurarse de que nadie va a hacer una copia ilegal de estas monedas virtuales.
La plataforma de autenticación y seguimiento de las Bitcoins funciona en una red de ordenadores caseros y poderosos servidores conectados a Internet, ubicados en todo el mundo. Y debe asegurarse de que, por ningún motivo, una persona pueda transferir una moneda y al mismo tiempo quedarse con una copia que sea considerada válida.
Pero este seguimiento se hace sobre las monedas mismas, no sobre sus dueños, que pueden identificarse con un seudónimo, de forma análoga a como se hace en los foros y servicios de Internet. Esto hizo que muchos criticaran la divisa, por perfilarse como una herramienta perfecta para cometer delitos.
Oportunidad estadÃstica
Después de despertar crÃticas y expectativas, las Bitcoins se enfrentaron a su peor enemigo: la falta de cuidado de sus usuarios. Miles de compradores de las monedas fueron embaucados por los administradores de servicios que prometÃan guardar sus Bitcoins en la nube.
Otros hicieron su parte, desde ‘hackers’ que atacaron a dueños de la moneda, hasta grupos que trataron de engañar al sistema de creación de nuevas Bitcoins para obtener los beneficios que el sistema deberÃa repartir entre todos los miembros de la comunidad.
Pero el tiempo podrÃa dar la razón a esos pioneros que confÃan su dinero a un algoritmo; las Bitcoins despertaron una enorme expectativa y ahora se encuentran en este momento en una etapa de crisis, pero este proceso es normal para casi cualquier tecnologÃa contemporánea.
Ahora más que nunca la divisa virtual, y el sistema criptográfico tras ella, tiene una oportunidad real de probar su valor en el mundo real, y sorprender a quienes no consideran la posibilidad de que haya una economÃa sólida fundamentada en sólo dos números: el cero y el uno.
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