El zafarrancho se formó, según la familia, debido a los múltiples retrasos y demoras en el proceso de entrega del cuerpo, lo que agotó la paciencia de la comunidad cercana a la familia.
“Hemos tenido que soportar la negligencia de los médicos que me dejaron morir a mi hijo, y en quienes depositamos nuestra confianza. Ahora luego de que se murió llevamos cinco días con el niño muerto y no nos lo entregan”, dijo Pablo Darío Malambo, padre del infante.
De acuerdo con el progenitor, la no entrega del cuerpo por el demorado trámite que exigen en Medicina Legal, provocó la desesperación de la gente del barrio Roberto Augusto Calderón, quienes se fueron contra las rejas del Instituto.
“La mamá del niño se nos desmayó porque está cansada. Lleva desde el jueves de la semana pasada, cuando el niño estaba vivo, haciendo trámites. Hay mucha ‘tomadera de pelo’ con esta familia. Todos los médicos, incluidos los del puesto de Salud del Jardín y los de la Unidad de Salud de Ibagué, Jordán Octava Etapa, los pisotearon porque son gente pobre”, señalaron los testigos.
Al mediodía de ayer, luego de las arengas de la comunidad, el menor fue devuelto a la familia.
La historia
El pasado jueves María Gisella Sanjuanez decidió llevar excusas a la escuela Garzón y Collazos, sede de la Institución Técnica El Jardín, debido a que su hijo mostró desmejoría en su salud.
Ese mismo día llevó al pequeño Brandon Stiven Malambo Sanjuanez al puesto de salud del Jardín para preguntar qué tenía su hijo. Allí un médico general le recetó acetaminofén y otros medicamentos, aduciendo que se trataba de una amigdalitis.
Según el padre, ella le sugirió al médico que le sacara un examen de sangre, pero este se habría negado.
El viernes siguiente el menor siguió enfermo, por lo que fue llevado a la Unidad de Salud de Ibagué, Jordán Octava Etapa, donde le diagnosticaron dengue, sin embargo, allí, después de que se agudizó el menor, según el padre por negligencia, buscaron remitirlo a un centro de salud que tuviera convenio con Caprecom, encontrando que sólo lo recibían en Girardot.
Finalmente en el municipio cundinamarqués los galenos no pudieron salvarle la vida.
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