La democracia colombiana es perfectible porque existe y es; sus dificultades no se resuelven con menos democracia como proponen las aventuras populistas que confunden indignación con resentimiento y protesta social con violencia y vandalismo.
Las dificultades de la democracia colombiana se resuelven con MÁS Y MEJOR DEMOCRACIA; urge un talante reformador sin duda, nunca un talante en contra de las instituciones.
Más y mejor democracia significa un concepto de seguridad integral y coherente con:
1) Seguridad jurídica para los empresarios y emprendedores.
2) Seguridad energética con matriz diversificada y enriquecida con fuentes alternativas.
3) Seguridad alimentaria con pequeños, medianos y grandes productores rurales sostenibles, con una política clara de relevo generacional en la ruralidad colombiana.
4) Seguridad social; teniendo claro que la mejor seguridad social son empleos y trabajos dignos, con sistemas de educación, salud y pensiones concurrentes.
5) Seguridad territorial y ciudadana; fuerza pública con real monopolio de las armas y presencia en todo el territorio nacional, en alianza profunda y responsable con la ciudadanía.
6) Seguridad digital; acceso de toda la población a las dinámicas tecnologías de la información.
7) Seguridad ambiental e hídríca; es cuestión de sostenibilidad.
Más y mejor democracia exige que nobles propósitos como la construcción de paz, la lucha contra la corrupción y la protección del medio ambiente no se conviertan en causas capturadas excluyentemente por unos cuantos, para construir entre unos cuantos y para beneficio de unos cuantos.
La paz, la lucha contra la corrupción y en pro de la probidad y el cuidado del medio ambiente, son causas para convocar a todos, a ser construida entre todos y para beneficio de todos.
Más y mejor democracia no es empresa para endosar a proyectos mesiánicos de caudillos estridentes que hacen caja de resonancia de violencias físicas y simbólicas y agencian resentimientos empalagados de odio.
Más y mejor democracia necesita liderazgos serenos, de gente como uno, representante de la digna clase media colombiana, laboriosa, disciplinada, estudiosa, forjadas en escenarios regionales y audaces en el propósito de hacer de Colombia una comunidad de propósito como país y una comunión de sentido como nación; liderazgos ajenos a cualquier corcho en remolino del resentimiento, de la corrupción y de las vías armadas ilegales.
Fico Gutiérrez y Rodrigo Lara Sánchez encarnan ese perfil de liderazgo que requiere Colombia; son capaces de promover agendas de país con sentido común.
En la recta final de la carrera presidencial, usando metáfora hípica, es clave que fórmula Fico-Lara gane por 2, 3 o 4 cuerpos al segundo y que cada cuerpo represente un millón de votos. El candidato a derrotar, en cualquier escenario, dirá que fue víctima de un fraude, así que mejor sacar 2, 3 o 4 cuerpos de ventaja, para que el triunfo sea ética, estética, política y electoralmente contundente, irrebatible, incuestionable.
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