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Hasta el momento, 10.800 personas han participado en una firmatón en la plataforma Change.org para pedirle al Ministerio de Ambiente que descarte el sacrificio de los animales para controlar su continua reproducción.
Esta iniciativa es liderada por Miguel Aparicio, presidente de la Fundación Santuario Animal Namigni, y se suma a la controversia que se ha generado desde hace tiempo alrededor de la forma cómo se van a controlar los hipopótamos, que se han reproducido a partir de los ejemplares que el narcotraficante Pablo Escobar llevó a la Hacienda Nápoles, en el Magdalena Medio antioqueño. Hoy se habla de por lo menos 130 individuos en la región.
Es allí donde difieren las opiniones, pues hay quienes piden que los animales sean sacrificados, ante el alto costo y la gran dificultad que significa capturarlos de forma segura y esterilizarlos o, incluso, enviarlos a santuarios naturales, zoológicos u otros espacios aptos del país o de otras zonas del mundo. Sin embargo, otros piden soluciones que no impliquen que estos pierdan la vida.
Entre estos últimos están los firmantes de la iniciativa “Salvemos a 100 hipopótamos que están en riesgo de ser exterminados en Colombia” en Change.org, petición a la que, aseguran los promotores, las autoridades respondieron con el compromiso de buscar alternativas distintas a la caza de estos individuos, que también representan riesgos para los pobladores, los ecosistemas y las especies endémicas de la zona.
Entre las medidas de quienes abogan por la protección de los hipopótamos se habla de una acción legal ante el Consejo de Estado para que anule la resolución de MinAmbiente que los declaró como especie invasora y que ordene acelerar el plan de manejo que deben ejecutar las Corporaciones Autónomas Regionales (CAR) con estos animales, así como descartar su sacrificio.
Otra idea es contener a los hipopótamos en un solo sitio, como un santuario, para lo cual los ciudadanos que lideran la iniciativa indicaron que en los próximos días se le enviará una propuesta formal al presidente Iván Duque para que a través de la Sociedad de Activos Especiales (SAE) asigne uno o más inmuebles que antes pertenecían al narcotráfico para construirlo. “En este momento nos encontramos en conversaciones y se está examinando el proyecto. Su principal dificultad radica en el cerramiento del santuario por el área tan grande que exige. Eso representa uno de los más fuertes gastos”, indicó Aparicio.
Sin embargo, para el biólogo David Echeverry, coordinador del Equipo de Bosques y Biodiversidad de Cornare y que ha estado al frente del tema durante años, esta es una iniciativa inviable desde el punto de vista económico y técnico, pues se trata de una especie invasora que pone en riesgo los ecosistemas propios de la región.
“La idea de tener un santuario para estos hipopótamos solamente porque son carismáticos y atraen mucho la atención es una idea que conceptualmente es inviable. Estos animales deben estar en zoológicos, en condiciones controladas que garanticen su bienestar, pero no pueden estar en libertad para que se sigan reproduciendo de manera descontrolada”, puntualizó el experto.
En días pasados, el diputado Álvaro Múnera le dijo a EL COLOMBIANO que también trabaja en un manifiesto para garantizar la preservación de los hipopótamos y que se lo presentará a los candidatos presidenciales para que lo firmen si tienen el deseo de comprometerse con acciones que así lo permitan.
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