Julián Eduardo Cifuentes, el escolta señalado como la última persona vista con el padre Valencia, ha confesado ser el responsable de su asesinato durante un encuentro con fiscales colombianos en Francia. Cifuentes, quien fue capturado en París tras la emisión de una circular roja de Interpol, reveló a los investigadores del Gaula de la Policía y al fiscal especializado que viajaron a entrevistarlo, que le quitó la vida al sacerdote y entregó las coordenadas del lugar donde escondió el cuerpo en Pereira, antes de huir al exterior.

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El 25 de abril, día de la desaparición, el padre Valencia fue visto por última vez en compañía de Cifuentes y un comisionista de vehículos que, según la madre del clérigo, lo ayudaría a vender su camioneta personal.

Sin embargo; pasados los días, la camioneta del padre Valencia fue hallada días después abandonada en un lavadero de carros en Viterbo, Caldas. Tras establecerse que Cifuentes fue la última persona vista con el sacerdote, las autoridades colombianas emitieron la circular roja que permitió su captura en Francia.

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Hasta ahora se manejaba la hipótesis del asesinato, por lo que, la confesión de Cifuentes y la revelación del sitio donde ocultó el cuerpo en Pereira, podrían poner fin a las dudas sobre el paradero del padre Valencia y permitir a las autoridades colombianas avanzar en la investigación de este lamentable crimen.

Momentos antes de encontrarse con estas personas, fue visto con su señora madre en una panadería.