Los hermanos Carlos y Luis Enrique Correa Vila han competido como en casa durante la presente semana en el Torneo de Esgrima de los vigésimos Juegos Nacionales que se cumple en el coliseo cubierto de Coopemtol, a pesar de que son integrantes de la Selección Bogotá.
Su posición no ha sido la de visitantes, como sus demás compañeros de la delegación, toda vez que nacieron en la Ciudad Musical, y por tal motivo desde las tribunas han contado con barra propia, integrada por familiares y amigos.
“Competir acá ha sido algo particular para nosotros, pues este es nuestro hogar. A pesar que ahora no visto los colores Vinotinto y Oro, yo me siento un ibaguereño más, y de alguna manera creo que represento a esta Capital”, sostuvo Luis.
Y agregó: “La gente que conocemos acá nos ha hecho sentir acogidos y cómodos. No nos sentimos foráneos. Eso sí, la presión es para todos, porque en unos Juegos Nacionales todo es distinto. Este es el máximo certamen del país para todos”.
Sentimientos encontrados
El miércoles anterior, cuando debutaron en su especialidad (sable), tuvieron que afrontar duelos especiales, cuando al otro costado de la pista se ubicaba un coterráneo.
En el caso de Luis Enrique, recordó que “enfrenté dos tolimenses, y eso no es fácil, porque son amigos. Sin embargo, en este deporte sobresale la amistad entre la mayoría, y por eso ya nos acostumbramos a ser profesionales cuando estamos en disputa. Ahí, cada uno defiende los intereses de la región que le ha dado todo, en mi caso Bogotá”.
Por otro lado, Carlos aseguró que al enterarse que Ibagué sería sede de la esgrima en las justas, “nos emocionamos mucho, porque esta hermosa ciudad nos trae bonitos recuerdos de la niñez, pues vivimos acá hasta los seis años. De igual manera, a nosotros nos gusta venir para visitar a nuestra familia. Incluso, pretendemos quedarnos en la casa de mis abuelos cuando acabe (hoy) el torneo de esgrima. Nos amañamos mucho”.
De cal y arena
El pasado miércoles, en el debut de la especialidad de ambos (sable), uno pudo festejar, y el otro salió sin nada en las manos.
En efecto, Luis Enrique clasificó a la gran final, y tras perder con el vallecaucano Sebastián Cuéllar, se adjudicó la medalla de plata, mientras que su hermano quedó eliminado en cuartos de final.
Ahora, ambos tratarán con otros dos compañeros de llegar hoy a la disputa del metal dorado de su arma por equipos, en el último día de competencias del ‘Deporte de Reyes’, donde se encontrarán seguramente en el camino a los ‘Espadachines Pijaos’, también aspirantes a dejar en lo más alto el nombre de su región.
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