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Se ha suscitado un debate público a raíz del articulado de la reforma laboral del Gobierno Petro, por sus implicaciones en la generación de empleo formal y el cambio en la jornada laboral.
Los principales críticos son los gremios de los comerciantes y los industriales. Fenalco advirtió que el proyecto de ley privilegia a empleados sindicalizados y no da respuesta a los 15.921.000 colombianos desempleados e informales.
“El corazón del proyecto incrementará sustancialmente los costos laborales entre 30 y 35 %. El clúster del comercio, hoteles, restaurantes, bares, transporte y entretenimiento el más damnificado. Y deja por fuera a dos de cada tres colombianos que integran la población económicamente activa”, insistió Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco.
Por su parte, Bruce Mac Master, presidente de la Andi, sostiene que la gran preocupación es que se tomen decisiones que terminen generando más desempleo. “Nos parece que los efectos sobre millones de familias pueden ser los contrarios a los esperados, y que podemos estar cometiendo un grave error”, afirmó.
Productividad
Con base en este panorama han salido al paso expertos en mercado laboral, en especial sobre el tema de la productividad, que es el punto de quiebre a cerca de los posibles impactos de la reforma laboral en los empresarios y trabajadores.
José Gómez, doctor en Economía de Cornell University y profesor asociado de City University of New York, precisó en su cuenta de Twitter que la mejor forma de aumentar la productividad del trabajo en Colombia es aumentando la complejidad de la estructura productiva del país, es decir, diversificar y sofisticar la producción y exportación.
“Los colombianos no somos menos productivos que los habitantes de un país desarrollado porque sí”, dijo.
Agregó que el problema de la baja productividad colombiana radica en la alta concentración en producción de ‘commodities’. Por eso, urge una política industrial bien diseñada y ambiciosa. “El cambio no se dará de la noche a la mañana, pero hay que sentar las bases desde ya. Esto no es de reforma laboral”.
Según el economista, la base para que la política de industrialización sea efectiva es una fuerte inversión en educación pública, en todos los niveles, y en investigación y desarrollo.
Política industrial
En esta misma línea, el economista Mateo Hoyos analizó la reforma laboral, quien insistió en que el problema de falta de empleo es de productividad y de estructura productiva. Para él, la solución por tanto es política industrial, no precarización laboral.
Asimismo, precisó que la discusión sobre la reforma laboral tiene un carácter profundamente político de los fenómenos económicos.
“La esencia política de la economía también es ignorada por quienes creen que todo tipo de regulación que establezca normas para hacer el trabajo más digno tendrá únicamente efectos positivos. La regulación implementa lo que se propone, pero también tiene otros efectos”, señaló en su cuenta de Twitter.
Agregó que es justo porque en el capitalismo el capital manda que regulaciones laborales puede tener efectos negativos. En vez de recortar sus ganancias, los capitalistas pueden recortar empleo e inversión en respuesta a regulaciones laborales.
“Con base en lo anterior debe pensarse la reforma. Comparto su espíritu de establecer regulaciones que reviertan la reforma laboral de Uribe, que todo indica fue un fracaso, y dignifiquen el trabajo. Pero también cautela y ojo, mucho ojo, sobre todo con la informalidad”, advirtió Hoyos.
Otro economista que se sumó a la discusión en redes sociales fue Andrés Zambrano-Curcio, quien afirmó que el problema está en pedirle a la política laboral que solucione los problemas que solo una política industrial fuerte puede solucionar en Colombia.
“A propósito de la romantización de la “flexibilidad” laboral. Hace falta preguntarse, ¿flexibilidad para quién?”, se preguntó el académico en Twitter.
Por eso, según Zambrano, para expandir el sector formal y formalizar a las empresas informales se requiere una política industrial que fomente la transferencia de conocimientos, la actualización tecnológica y la estandarización de procedimientos para incrementar la productividad industrial, “más no una política que pretenda hacer que empresas improductivas se formalicen a través de la precarización y explotación de los trabajadores”.
Otras miradas
Michel Janna, presidente de AMV Colombia (Autorregulador de Mercado de Valores), consideró que el desempleo en Colombia es excesivamente alto, especialmente cuando se compara con otros países. Además, es un país con protección laboral intermedia (ni muy alta ni muy baja), según índices de la Ocde.
“Seguramente hay elementos para mejorar en protección a trabajadores, pero el elemento en el que estamos realmente descachados es en la falta de puestos de trabajo. Ojalá se pueda construir una reforma laboral en donde prime la creación de empleo formal”, reflexionó el directivo.
Por su parte, la abogada y politóloga María Teresa Herrán aseguró que más allá del miedo empresarial y del proyecto de ley, el problema de la reforma laboral parte de una base equivocada: “en la era de internet el factor clave no son horarios diurnos o nocturnos, sino en ciertos sectores son la productividad y la escogencia individual”.
Es decir, el esquema de horas fijas es cada día menos real. “¿Cuándo entenderemos que la era de internet ha cambiado radicalmente la noción de trabajo, pero que sus derechos deben ser respetados?”.
Incluso cuestionó la postura de Fenalco, al asegura que este gremio cree que las empleadas domésticas no necesitan seguridad social y que en el comercio los derechos laborales contribuyen al desempleo.
Puntos para tener en cuenta
El economista y columnista Martín Jaramillo propuso varios puntos para tener en cuenta a la hora del análisis de la reforma laboral. Para él, casi todos los problemas del mercado laboral tienen un origen en común: la economía colombiana no es lo suficientemente grande, tampoco es competitiva, no tiene la suficiente cantidad de empresas, y las empresas que hay no son lo suficientemente grandes.
“Estamos mal en el número de personas que no están buscando trabajo, mal en el número de personas que buscan pero no encuentran trabajo, mal en el número de personas que sí encuentran empleo, pero encuentran uno de mala calidad”, afirmó Jaramillo.
El economista agregó que en Colombia el costo de formalizarse es tan alto y regresivo que ni siquiera los independientes de bajos ingresos terminan formalizándose.
Para pensar en la solución, Jaramillo propuso lo siguiente: en lo macro, que haya crecimiento económico, competitividad y flexiseguridad; en lo meso, que haya educación pertinente y de calidad; en lo micro, que haya programas de empleo, formación para el trabajo y educación vocacional.
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