El complejo panorama de las invasiones urbanas en Ibagué

Crédito: Fotos: Hélmer Parra / EL NUEVO DÍA La Palmilla es una de las invasiones más antiguas de la ciudad, allí, contrario a los anuncios de desalojo, las autoridades se han hecho los de la ‘vista gorda’.
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En el radar de las autoridades hay por lo menos 10 invasiones registradas, aunque se intentan hacer desalojos, las acciones legales interpuestas por apoderados de estos grupos frenan el proceso.
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La creciente ocupación ilegal de predios se ha convertido en un tema cada vez más complejo en Ibagué, el año pasado en medio de las manifestaciones por el paro nacional se empezó a notar la presencia de varias personas en lotes de la ciudad, quienes de forma ágil delimitaron la zona y emprendieron con guaduas, tablas, esterillas y plásticos la construcción de lo que hoy llaman su hogar, todos alegando no tener a donde ir.


Si bien Ibagué no ha sido ajena al tema de las invasiones, en los últimos años, el hecho de que varios grupos de más de 100 o 200 familias se reúnan en diferentes puntos y hagan suya una propiedad ajena trae consigo varios inconvenientes, por un lado porque varios de ellos se ubicaron sobre la ronda hídrica de quebradas y en zonas de riesgo, otro por la posible presencia de grupo dedicados a negociar predios, conocidos como tierreros, o el incremento de hechos delincuenciales, adicionalmente por las precarias condiciones a las que se someten las personas que pasan días y noches en los conocidos cambuches.  


En agosto del 2021 la Secretaría de Gobierno reportó la presencia de 14 invasiones en diferentes comunas, algunas de vieja data y otras conformadas recientemente, aunque en algunos puntos se hicieron intervenciones e incluso se logró frenar la llegada de más personas; varias familias ya van a completar un año viviendo en estas invasiones. Con la intención de mejorar su calidad de vida han reforzado su hogar con más materiales y en una firme intención de lograr algo de legalidad han rebautizado sus asentamientos.


En el primer reporte hecho por las autoridades, las invasiones estaban establecidas así: “en estos momentos hemos evidenciado 14 de propiedad pública y privada. Están localizados así, dos en la comuna Ocho; cuatro en la comuna Siete; uno rural en El Salado, en el sector de La Palmilla; está el del Hato de la Virgen; dos en la comuna Seis; otro en el canal de Mirolindo en la comuna 11, y otro en la comuna 12”, dijo Óscar Berbeo, secretario de Gobierno, en su momento. No obstante, después de este anuncio se procedió a acabar con dos asentamientos, uno en la comuna Seis, que colindaba con los barrios El Vergel, Cañaveral y la urbanización La Esperanza y otro que crecía en el barrio Nueva Castilla, cerca al paradero de busetas.

La posición del Gobierno local frente a las invasiones ha sido la de respetar la legalidad, por ello han adoptado medidas para desalojar a estas familias; sin embargo, en medio del trámite se han enfrentado a varias acciones judiciales que le han puesto freno a los lanzamientos y ha creado en quienes residen en estos lugares un sentimiento de esperanza ante la posibilidad de tener un predio.


En la invasión del barrio Nazareth, apoyados por el abogado Johan Granados, han logrado interponer dos acciones de tutela; en la invasión ‘Villa Resistencia’ se ha interpuesto una acción popular también por un apoderado, el profesional Nélson Quintero. 


En este momento la Administración municipal prevé iniciar el proceso de desalojo de las invasiones ubicadas en la comuna Siete, en el sector de El Salado, y aunque inicialmente se hablaba de cuatro ya son cinco las invasiones identificadas, todas con grupos de más de 100 familias; están ubicadas en el barrio Nazareth, una al lado del megacolegio Antonio Nariño y otra en cercanías a este punto; otra invasión está en el parque San Fermín; una más en el sector de La Mansión y una última que se instaló a la entrada del barrio Los Álamos.
El titular de la cartera de Gobierno sostuvo que para empezar con estas diligencias ya existe un fallo en primera instancia proferido por la comisión de inspectores y corregidores de Policía y otro en segunda instancia expedido desde la Secretaría.  


La intención es que los desalojos tengan lugar en estos días, pero la comunidad alertada por lo anunciado se ha movilizado hasta la Alcaldía exigiendo ser escuchados. 

¿Posibilidades de acceder a una vivienda?

Quienes han tenido mayor oportunidad pueden mejorar las condiciones de su hogar. Tejas de zinc, plásticos y guaduas son los principales materiales para la construcción.

Quienes han tenido mayor oportunidad pueden mejorar las condiciones de su hogar. Tejas de zinc, plásticos y guaduas son los principales materiales para la construcción.

 

En medio de las propuestas que ha hecho la Administración municipal para que los nutridos grupos de familias desalojen sus cambuches está el de postularse a las diferentes oportunidades que ofrece el Gobierno nacional para adquirir vivienda en el país, incluso se ha destinado personal para orientar a los ciudadanos; no obstante, en su mayoría, la comunidad no ve esa posibilidad tan cercana ante las carencias económicas. 


“Eso es mentira, la mayoría estamos reportados (en la central de riesgo) cómo me van a dar un crédito, él dice que paguemos por lo que nos reportaron y no se puede porque con qué”, dijo la vocera del asentamiento La Nueva Jerusalén. 


La misma opinión la tiene uno de los habitantes de Villa Resistencia, quien señaló que la decisión de asentarse en ese predio es precisamente ante la imposibilidad que tienen de acceder a vivienda, “las opciones para buscar proyectos de vivienda son muy duras, yo estoy reportado en datacrédito, no nos van a meter en ningún proyecto de vivienda, así nos pasa a muchos, a veces no teníamos para el arriendo y si teníamos no comiamos”, explicó el ciudadano. 

¿Quiénes invaden?

Las condiciones de quienes viven en estos asentamientos son complejas ante la falta de servicios públicos.

Las condiciones de quienes viven en estos asentamientos son complejas ante la falta de servicios públicos. 

 

Frente a las personas que están ubicadas en estos espacios, varios de los líderes de los asentamientos aseguraron a esta redacción que quienes permanecen allí lo hacen por necesidad y que ellos mismos han regulado el ingreso de quienes conforman la comunidad, según dicen, en su mayoría, son personas de escasos recursos con trabajos informales, algunas víctimas del conflicto, desplazadas y sin oportunidad de mejorar sus ingresos.


Flor Imelda Rodríguez, residente de la invasión ubicada en el barrio Nazareth, denominada ahora ‘La Nueva Jerusalén’, indicó que en ese asentamiento residen 120 familias quienes antes vivían en arriendo y con la pandemia vieron seriamente afectados sus bolsillos, lo que los obligó a tomar la decisión de ocupar el lote.
Rodríguez además señaló que en las elecciones para la Alcaldía, ella apoyó al mandatario Andrés Hurtado, pero que las promesas que se hicieron en su momento no se han concretado. 


“Estamos en una condición de esas es porque necesitamos, cualquiera no se va a ir a una cosa de esas. A la Alcaldía le pido que se ponga la mano en el pecho y piense en la gente humilde que lo llevó al poder, él no se acuerda de uno, pero en campaña yo me puse el buzo y puse 30 activistas, allá fue la mamá, me prometió el cielo y la tierra y no se ha cumplido”, dijo la mujer.


En el caso de la invasión de la comuna Ocho, José uno de los habitantes del espacio ahora llamado Villa Resistencia, explicó que “la mayoría son independientes y trabajan en el rebusque, aquí hay gente humilde que de verdad necesita”, dijo.


En un recorrido hecho por EL NUEVO DÍA se evidenció que hay un buen número de personas en edad productiva, también hay una alta presencia de niños, adultos mayores y mujeres en gestación; sin embargo, pese a lo que expresan quienes están en la invasión, para la Alcaldía el panorama es diferente. 


La Secretaría de Gobierno indicó que a través de las diferentes estrategias implementadas en los programas interinstitucionales, se identificó en cada grupo sólo aproximadamente un 5%, de quienes están ahí, son personas desplazadas de bajos recursos, otro buen número de ciudadanos, serían personas que tienen vivienda y pretenden adueñarse de nuevos predios.


“La gran mayoría son personas que dejan su casa para ir allá a ver si se hacen a un ‘lotecito’, otros son cuidadores, los mandan los tierreros a guardar lotes y empiezan a ponerlos en venta. Han logrado vender lotes”, expuso Berbeo sobre estas familias.

Impacto ambiental y de riesgo

La invasión de Villa Resistencia colinda con varios conjuntos residenciales estrato Cuatro en la comuna Nueve.

La invasión de Villa Resistencia colinda con varios conjuntos residenciales estrato Cuatro en la comuna Nueve. 

 

El fenómeno de las invasiones y los lugares que han sido escogidos para habitar también están generando un riesgo para la misma ciudadanía, en los lotes la carencia de servicios públicos es evidente, por la condición del terreno no hay redes de acueducto y alcantarillado, es decir no hay agua potable, ni posibilidad de evacuar las aguas residuales y aunque en algunas invasiones se han hecho conexiones fraudulentas, con la intención de mitigar las necesidades básicas, esto no es garantía en la calidad del recurso. 


Lo mismo ocurre con la conexión al servicio de energía, todo se ha hecho de forma artesanal, lo que tampoco genera un parte de calma ante una emergencia o un eventual cortocircuito. 


El secretario de Ambiente y Gestión del Riesgo, César Gutiérrez, una vez se empezó a hablar de invasiones el año anterior llamó la atención por esta situación, “allí no tiene forma de tener un acueducto y no van a tener agua de calidad, es otro agravante y se ven reflejadas las enfermedades y es peor cuando no hay tratamiento de aguas servidas, esas aguas sucias el de arriba se las echa al de abajo y termina en una corriente hídrica y van es a contaminar”, sostuvo.


A esto se suma el riesgo por el desbordamiento de quebradas. Hace unos días en el barrio Nazareth la misma comunidad asentada de forma irregular denunció la lamentable situación que viven por las lluvias y la posterior creciente de la quebrada La Chicha y el río Alvarado, estos se desbordan y pasan por medio de sus improvisadas viviendas arrasando con todo a su paso y dañando lo poco que han conseguido. 


En diciembre, al cierre del 2021, un aguacero de corta duración pero de gran intensidad también impactó a quienes construyeron su casa al borde de la quebrada La Chicha, luego de que el agua y la basura represada tomara fuerza y se saliera de su cauce, en esta oportunidad los afectados fueron quienes se asentaron a la entrado del barrio Los Álamos.


En cuanto al panorama ambiental, Willer Andrés Rodríguez, subdirector de Administración de Recursos Naturales de Cortolima, expresó que han participado de forma conjunta con la fuerza pública y han expedido algunos procesos sancionatorios por la afectaciones al medio ambiente, aunque resaltó la necesidad de reforzar la presencia institucional. 


“Han generado afectaciones al medio ambiente en materia del recurso hídrico, flora, fauna, incluso en el aire; estas acciones nosotros hemos intentado desde la Corporación mitigarlas; sin embargo, es necesario un aumento en el pie de fuerza militar, de la Policía ambiental y del ente municipal para prevenir que se expanda este fenómeno no solo en Ibagué, sino a lo largo y ancho del Tolima”, expuso Rodríguez.

El recorrido en medio de cambuches

Villa Resistencia


Las condiciones en las que residen, por lo menos unas mil quinientas personas asentadas en Villa Resistencia, pese a que aseguran un lugar donde dormir para algunos, no dignifica la calidad de vida que se merecen.
En el lugar los pisos son de tierra y con la lluvia de un lodo espeso que se pretende tapar con algunas tablas, para quienes no han tenido la fortuna de asegurar sus viviendas, su único respaldo con el exterior son algunos plásticos, no hay seguridad y menos privacidad.


En cuánto a la posibilidad de evitar hurtos o hechos delincuenciales dentro de las casi ocho cuadras que conforman el asentamiento, la comunidad ha optado por protegerse entre ellos mismos por turnos, pero eso tampoco es prenda de garantía, pues en este caso particular no todos se conocen. 
Lo que sí los caracteriza es la organización con la que se ha desarrollado todo el proceso de ocupación del lote, todos están censados y aunque, como ya se mencionó, en marzo cumplen un año de vivir ahí, en la preparación y adecuación del lugar completan 22 meses.


Aunque la calidad de los servicios públicos es precaria por la ilegalidad de la misma, con las conexiones a los tubos del agua tienen con qué cocinar, comer y bañarse, y quienes no pueden evacuar sus desechos han construido pozos sépticos de tres metros de profundidad por dos metros de ancho, la energía les permite subirle el volumen a sus radios e iluminar sus noches. 

La Nueva Jerusalén


En este asentamiento, ubicado a la lado del megacolegio Antonio Nariño, en el barrio Nazareth sector El Salado, se crearon 154 cambuches, pero por ahora solo residen 120 familias, la vocera de la comunidad indicó que en los cambuches desocupados las personas los armaron, pero no volvieron. Se han guardado pensando en su necesidad. 


Aunque las autoridades han alertado la presencia de tierreros, aseguran que en el lugar no existe un negocio sino el interés de varias familias de tener su propio hogar.


En este sector, Flor Imelda Rodríguez, señaló que ya se conformó una Junta de Acción Comunal de la cual ella es presidente y una asociación registrada en Cámara y Comercio con la que se busca gestionar ayudas y actividades para sus comunidades. 

Los Álamos 


En el sector de Los Álamos en El Salado en mayo del 2021 se ubicaron 275 familias, justo en la entrada al barrio sobre la ruta que conduce a El País, el crecimiento desde ese entonces a la actualidad es exponencial, ya pudieron conectarse al servicio de energía y cada vez refuerzan más la seguridad de los cambuches y aislan el frío que se puede sentir en la madrugada, además ya hay estructuras de dos pisos. 


Al igual que en los demás sectores quienes residen en el lugar alegan ser personas de bajos recursos, sin oportunidades laborales e ingresos fijos. 


En este caso su desalojo se ha visto frenado también por el proceder de acciones judiciales que ha puesto uno de los apoderados de la comunidad, el abogado y excandidato al Concejo, Hernando Álvarez Urueña, quien ha solicitado censos, conciliaciones y soluciones de vivienda. 


Es de resaltar que Álvarez Urueña ha estado vinculado en múltiples ocasiones en defensa o apoyo jurídico a las familias que se posesionan de un terreno mediante vías de hecho en diferentes puntos de la ciudad, e incluso ha sido denunciado por supuestos cobros para garantizar la ocupación ilegal de tierras. 

Así se ve la invasión de Los Álamos creada hace menos de un año.

Así se ve la invasión de Los Álamos creada hace menos de un año.

 

Destacado

Las autoridades han iniciado trámites legales para proceder con los desalojos en varios puntos. Varias invasiones albergan más de mil personas. 

Destacado

El asentamiento en Villa Resistencia es una invasión estrato Cuatro que colinda con la ciudadela Simón Bolívar, pero también con una de las zonas exclusivas del área de expansión de la ciudad, solo a pocas cuadras reside el alcalde Andrés Hurtado.

Destacado

Uno de los voceros de los asentamientos aseguró que con la temporada electoral varios personajes políticos se han acercado con propuestas; no obstante, lo que piden son acciones.

Dato

Quienes conforman las invasiones por lo general son personas que han vivido en barrios aledaños por largos años. 

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Credito
Redacción Ibagué / EL NUEVO DÍA

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