Una nueva Medalla de Oro tiene el Tolima, y es de muy alto valor: la que entregó ayer la Universidad de Los Andes, por su mérito de toda una vida al servicio de la educación desde distintos escenarios, al ingeniero civil purificense Eduardo Aldana Valdés.

Fueron varias décadas consagrado a la institución como docente, vicerrector, decano y vicedecano de la facultad de Ingeniería, así como rector entre 1973 y 1975, miembro honorario del Consejo Superior y presidente del mismo en dos periodos.

“Suelo ser prudente como consejero y trato de enseñar a los estudiantes cómo deben pensar y no cómo pueden pensar”, confesó, en una ceremonia que describió como un “día de alegría y agradecimiento con la vida.

“Me obsequió una gran familia y miles de extraordinarios maestros, colegas y discípulos. Es un día para recordar, recordar en su significado etimológico de ‘traer de nuevo al corazón’, a ellos y a los que ya no están con nosotros”, expuso.

Reflexiones de un educador

En su discurso, durante el acto llevado a cabo en la Universidad de Ibagué, recordó sus etapas como director de Colciencias, director de Estudios Académicos de la Fuerza Aérea, director regional de la Fundación para la Educación Superior e integrante de la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo.

“Estoy ascendiendo quizá la última colina de mi camino terrenal, pero espero no tener que parar muy pronto. Los dirigentes políticos, universitarios y empresariales tienen la vitalidad de escalar muchas y muy empinadas montañas en el Tolima y otras regiones”, indicó.

Y acentuó que las más desafiantes son “la construcción moral y social de Colombia”, por ello aprovechó para reflexionar sobre la desigualdad, la corrupción y la pobreza, en especial en el Departamento.

“Tolima tiene todas las características para ensayar una estrategia escalable de orden nacional, su población ha crecido lentamente, pero su devenir social no es claro, con 110 mil jóvenes de 17 a 21 años fuera de la educación terciaria.

“Los niños de Purificación claramente ya no estudian con velas por las noches como yo lo hice. Su capital ha tenido un crecimiento asombroso y creo que nuestro Alcalde la va a llevar muy adelante, pero la desigualdad ha aumentado y es cada vez más visible.

“Varios de los municipios atraen el turismo, pero sus habitantes carecen de bienestar y, sobre todo, el bien vivir, es decir que la competencia para satisfacer sus necesidades de ser y hacer”, indicó, aunque se mostró a favor del Plan de Desarrollo actual de la Gobernación.

Su alocución terminó con esta invitación: “Queridos amigos, creo que ustedes nos ayudarán con su generosa colaboración a vivir mi Tolima. Muchas gracias”.

Decisión unánime y merecida

El presidente del Consejo Directivo de UniAndes, Diego Pizano (foto), explicó que esta Medalla de Oro es entregada desde 1958, y que, en el caso de Aldana, “el Consejo Superior examinó su amplia trayectoria y después de conocer los conceptos del Comité Directivo y el Consejo Académico, resolvió de forma unánime otorgarle la más alta distinción que otorga la Universidad.

“Ha sido alumno, profesor, decano y rector, al igual que miembro y presidente del Consejo Superior, su labor como docente e investigador ha sido muy destacada y su trabajo por fortalecer la Asociación de Exalumnos es ampliamente reconocida”, complementó.

También se dirigió a los asistentes el presidente Alterno del Consejo Directivo de la Universidad de Ibagué, Luis Enrique Orozco, quien hizo énfasis en el interés que el galardonado viene mostrando por los temas de educación y región.

“Cobra vigencia entonces preguntarse el perfil de los docentes, no solo por sus títulos académicos, sino también por sus talantes personal y moral. Los valores se asimilan en un ethos, hábitat o ambiente y medio de vida (...), podríamos decir que es una transversal en sus escritos”, especificó.