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La estructura de siete pisos, ubicada en un área de 25.000 metros cuadrados, sobre una colina del barrio Piedra Pintada, costó siete mil millones de pesos. Duró seis años en construcción y en su momento fue considerado el edificio de servicios comunitarios de mayor cobertura en la historia del Tolima.
Estaba dotada de equipos con la tecnología más avanzada existente en el país en el área asistencial, cocina, ropería, lavandería y servicios generales. Contaba con una subestación eléctrica, equipos hidroneumáticos, calderas, disposición de basuras y central de gases medicinales y de combustible.
Durante su puesta en marcha fueron habilitadas 240 camas, catorce salas de cirugía y gínecobstetricia, salas de recuperación postanestésica y cuidados intensivos y una unidad de diálisis en el servicio de nefrología.
Liquidación del ISS y compra de de la clínica
En 2009, luego de la liquidación del Instituto Colombiano de Seguros Sociales, la clínica que por aquel momento se llamaba Manuel Elkin Patarroyo, fue adquirida por el Hospital Federico Lleras Acosta por $16.600 millones de pesos.
Dicha transacción fue catalogada por el gerente del Hospital, Iván David Hernández como un buen negocio, mientras que el secretario de Salud de la época, Diego Escobar dijo que con esa adquisición quedaría atrás el traslado de pacientes del Federico Lleras para atención de casos de alta complejidad a centros asistenciales de Neiva, Bogotá, Bucaramanga y Girardot.
El objetivo del hospital era trasladar a la nueva sede del Limonar la atención de mediana complejidad, cuidados intensivos, neurocirugía, ortopedia y radiología, para que las instalaciones de La Francia pudieran dedicarse de lleno a problemas renales, trasplantes y enfermedades del corazón.
Llegó la crisis
En 2011, dos años después de la compra, los hospitales públicos del país, entre esos el Federico Lleras, que desde hace varios años afrontaba una dura realidad a raíz de varios factores como la corrupción de la clase política, las demoras en el flujo de recursos dentro del sistema de salud y las deudas acumuladas de las EPS y otros entes territoriales, entraron en crisis.
Al hospital Federico Lleras se le adeudaba cerca de $83.000 millones de pesos de los cuales más de $30.000 superaban el año de haber sido cobrados, por lo que se consideraban como cartera de difícil recaudo. A la par de esta situación, los empleados entraron en paro el 23 de junio de ese año debido a las demoras en el pago de salarios.
La situación era tan grave que durante 2011 el déficit presupuestal ascendió a 38%, al año siguiente subió a 45% y en 2013 volvió a estar sobre el 37%. Mientras tanto las deudas con proveedores aumentaban, hubo atrasos en el pago de salarios y la facturación de servicios era insuficiente para atender las obligaciones.
En septiembre de 2014, luego de tres años de crisis, la Superintendencia Nacional de Salud intervino el hospital a raíz de las constantes quejas en la atención de urgencias vitales y las dificultades presupuestales y financieras pues la entidad tenía una cartera pendiente por recuperar de más de $50.000 millones de pesos.
La escasez de camas en la Unidad de Cuidados Intensivos, la carencia de insumos (guantes, jeringas, medicamentos, etc.), la falta de especialistas y el hacinamiento de pacientes en la unidad de urgencias fueron algunos de los problemas que obligaron a tomar la decisión de intervenir el centro asistencial más importante del departamento y que por esos días atendía a miles de usuarios del Tolima y recibía pacientes de Caquetá, Putumayo, Huila y Cundinamarca.
A raíz de las múltiples dificultades, todos los servicios que prestaba el hospital fueron centralizados en la sede del barrio La Francia y esta edificación quedó cerrada desde 2015. En julio de 2018 fue puesta en venta por la Superintendencia a través de la Central de Inversiones, CISA. Dicho proceso de subasta finalizó en noviembre de 2019 sin compradores.
El renacer
El 20 de enero de 2019 la gerente designada por la Superintendencia, Inés Bernarda Loaiza, más de tres años después de la intervención, anunció que el hospital Federico Lleras Acosta había superado la crisis. La institución estaba al día en el pago de salarios a sus empleados. Se abrieron todos los servicios, subió la ocupación y la facturación de servicios superaba los $2.500 millones con relación a los gastos de funcionamiento.
En agosto de ese mismo año finalizó la intervención del hospital por parte de la Supersalud. La administración del centro asistencial volvió a manos de la Gobernación del Tolima. Quedaron operando más de 70 servicios, entre esos quimioterapia, obstetricia, endoscopias, radiología e imágenes y laboratorio clínico.
El 31 de enero de 2020, el gerente del Federico Lleras Acosta, Luis Eduardo González manifestó que la sede ubicada en el Limonar ya no se encontraba en venta y estaban analizando alternativas junto al gobernador para ponerla nuevamente al servicio de los tolimenses, anuncio que se fue materializando por etapas.
En marzo de 2020, a raíz de la emergencia sanitaria por Covid-19, la administración departamental anunció la apertura de este importante centro asistencial con una inversión de más de $6 mil millones de pesos para la compra de equipos y demás adecuaciones.
En mayo finalmente se inauguró la reapertura de la sede El Limonar con adecuaciones locativas, 10 camas UCI y 43 camillas para atender casos de infecciones respiratorias y Covid-19. En febrero de este año se habilitó el quinto piso luego de una inversión de $3.588 millones.
Hoy, 34 años después de su construcción, el centro asistencial continúa abierto y brindando atención a pacientes con Covid-19 y otras enfermedades.
Ayer, el Gobernador del Tolima informó que en menos de dos meses será habilitado el sexto piso con una inversión de $3 mil 600 millones de pesos, destinados a remodelación y dotación. De esta manera quedarán listas 24 nuevas camas de hospitalización y 26 UCI, ampliando la capacidad de salud instalada del departamento.
“Estamos demostrando que sí es posible trabajar con transparencia y prontitud en el manejo de los recursos públicos para generar una mejor atención en la salud pública del Tolima, nos queda el reto del piso séptimo que si Dios quiere, de la mano del gerente del Hospital, Luis Eduardo González y del secretario de salud, Jorge Bolívar, el año entrante lo entregaremos totalmente remodelado”, indicó el gobernador.
Fotos: Jairo Arias para El Derecho/ Hélmer Parra y Jorge Cuellar para El Nuevo Día.
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