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El pasado 30 de septiembre del 2022, el señor Saúl Guzmán, representante legal de las empresas de seguridad ASVES LTDA (capacitación y formación en seguridad) y GRUSEP (de vigilancia), por iniciativa propia en conjunto con sus vigilantes, instalaron un puesto de mando unificado en el Puente de La Variante, con el fin de evitar que más personas se suicidaran en Ibagué.
En contexto: Héroes del puente de La Variante salvan vidas a oscuras, ¡piden luz urgente!
A esta idea se sumó la Alcaldía Municipal y la Policía Metropolitana, quienes estuvieron presentes en la instalación y les dieron una carpa para protegerse del sol y la lluvia. Desde esa fecha ya pasaron 65 días, en los que los vigilantes estuvieron las 24 horas pendientes de salvar las personas que llegaban a lanzarse al vacío, haciendo las veces de psicólogos, paramédicos, consejeros, etc., trabajando con las uñas, solos y a oscuras.
Desafortunadamente, la situación se convirtió en algo insostenible y, aunque las autoridades estuvieron presentes el día de la inauguración, mostrando a la ciudad el nuevo puesto de mando unificado que salvaría vidas, la realidad es que a don Saúl y sus trabajadores los dejaron solos, sin ninguna mano amiga significativa que les prestara el apoyo que debieron tener.
Por eso, este 1 de diciembre, el puesto de mando unificado fue levantado, con toda la tristeza por parte de estos héroes de la seguridad y de Don Víctor Guerrero, el vendedor de avenas con su caseta frente al puente, quien fue testigo de lo que tuvieron que pasar y la única persona que les brindó ayuda de acuerdo a su propio alcance.
“La voluntad de querer servir, está. Eso es todo el tiempo, el que no nació para servir no nació para vivir. Aquí no es plata, eso no, es como el apoyo emocional, el qué se necesita. Es muy triste y lamentable decirles que en 65 días jamás ha tenido la deferencia de decirme, o bueno a mí no, al guarda ‘¿qué necesitan? ¿una sombrilla?’. Esos inviernos tan tenaces, uno llegaba a las 11 de la noche a llevarle un tinto al guardia y verlo ahí metido en eso, porque no hay la manera y nadie, ninguno. Ni Secretaría de Salud, Gobernación, Alcaldía, la concesionaria”, contó con tristeza el señor Saul Guzmán, líder de esta iniciativa.
¿Qué pasó?
El abandono que sufrieron los llamados “héroes de La Variante” por parte de las entidades, terminó por sacarlos de allí, pues llegaron a un punto en que estaban exponiendo su propia integridad sin ninguna ayuda ni garantía.
De acuerdo al señor Saúl Guzmán, quien puso a sus vigilantes a salvar vidas allí como iniciativa propia, no les ofrecieron ‘ni un tinto’: “’tenga este termo para que le lleve tinto a sus vigilantes, o tenga este bono de mercado para ellos, o don Saúl muchas gracias por lo que está haciendo ahí, qué necesita’. Pero nada. Absolutamente nada. O qué necesitan. Hasta hoy a la una de la tarde me llamó el gerente de Infibagué a decirme que la alcaldía no tiene nada que ver porque es una vía nacional, y Celsia es la que tiene que instalar el punto de energía”, relató.
Entre las necesidades de los vigilantes estaba la falta de un punto de energía, pues no tenían ni un enchufe donde conectar sus celulares para llamar a las autoridades cuando llegaba alguna persona a saltar desde el puente. “Al menos un panal solar, eso vale 300 mil pesos. ‘Hombre le vamos a entregar esto en comodato al puesto de vigilancia mientras lo tienen. Porque hubo incidentes y me daba cuenta yo porque me llamaban particulares y arrancaba yo a mandar el operativo. Y llegaba al puente y lo que pasaba era que los celulares cargando en la caseta de Don Víctor porque se descargaron. Muy berraco”, se lamentó el señor Guzmán.
Así mismo, nunca existió un incentivo para los vigilantes que estaban arriesgando su propia salud mental atendiendo a personas con tendencias depresivas, no tenían el apoyo de profesionales que dialogaran con estos ciudadanos para no saltar, sumado a la falta de luz. En horas de la noche, el puente está en completa oscuridad y, teniendo en cuenta lo largo que es, era un peligro para ellos moverse hasta la mitad para rescatar a las personas.
“Yo fui hoy con nostalgia, levanté el puesto, pero es que es muy deprimente la situación (…) al menos dijeran ‘mire, en este mes los funcionarios recolectamos un bono para una quincena a los vigilantes’. Eso sería tener voluntad. Nadie, nadie tuvo el gesto de llamarme a eso”, expresó el señor Saúl.
La única persona, a la que le reconoce su ayuda, fue el señor Víctor Guerrero, dueño de la caseta de avenas en este mismo sector, quien les daba almuerzo todos los días a pesar de su situación humilde.
Salvaron 90 vidas
De acuerdo a la minuta que los vigilantes llevaban diariamente, lograron salvar la vida de 90 personas, nueve de ellas las tuvieron que rescatar literalmente “agarrándolas en el aire”, como lo manifestó el señor Saul; así lo evidencia el libro en el que tienen los datos de las personas, sus familias, horas y días.
“Tristemente la falta de apoyo. En 65 días no tuvieron luz. Ni apoyo de parte de nadie. El único apoyo fue el mío que les daba la comidita, un tinto, pero de resto nadie. Ni siquiera un agradecimiento. Ellos se van muy tristes hoy”, expresó por su parte el señor Víctor Guerrero.
Hoy, Ibagué vuelve a tener un puente sin vigilancia, al que arriban aquellos cuya salud mental necesita pronta atención, con el temor de que se presenten nuevos episodios sin nadie que esté al pendiente y brinde una mano.
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