En el marco del ‘rifirrafe’ institucional entre la Empresa Ibaguereña de Acueducto y Alcantarillado, Ibal, y la Corporación Autónoma Regional del Tolima, Cortolima, con respecto a la captación de la quebrada Corazón, como solución ante posibles casos de desabastecimiento, figuras ambientales y políticas expusieron la necesidad adicional de avanzar en lo que respecta a solventar el problema de fugas de agua en la Capital Musical, en pro de combatir la falta de suministro en algunas zonas del municipio.

Una de las exhortaciones se dio en la ‘Duma Departamental’ el pasado miércoles, a propósito de la celebración del Día Mundial del Agua, en la que el diputado Renzo García expuso como uno de los factores de la crisis hídrica de Ibagué, el considerable desperdicio del preciado líquido.

“También creería que debemos pedirle al Ibal que haga acuerdos y gestiones con el Gobierno Nacional, porque si bien es importante que terminemos lo más pronto el tema del Acueducto Complementario, también se requiere resolver las pérdidas técnicas, que de manera coloquial son conocidas como fugas de agua, que hay por toda la red de acueducto”, aseguró Renzo.

El también precandidato a la Alcaldía indicó que dicho fenómeno se hace manifiesto en varias calles de la ciudad, algunas de las cuales, aseguró, llevan años sin ser arregladas, algo que, dicho sea de paso, contribuye en buena medida en el rápido deterioro de la malla vial.

Preocupante panorama

Y es que, continuar con la prestación del servicio, teniendo en cuenta las proyecciones del Ideam, donde se manifiesta que la temporada de lluvias se va a extender, hace imperiosa la necesidad de aminorar y atender los casos de desperdicio de agua tratada y apta para el consumo humano. O por lo menos, aquella es la tesis que también sostiene el geólogo y ambientalista Jonathan Ortíz, quien desde hace meses lleva haciéndoles seguimiento a este tema.

“Resulta que la ciudad tiene tres bocatomas, la más grande de ellas es la Combeima, la cual capta 1374 l/s con una capacidad máxima de 1500 l/s. Por su parte, Cay recoge 471 l/s con posibilidad de trabajar con 600 l/s. Por último, está Chembe, que capta 61,83 l/s de 70 l/s. Pero lo que sucede es que al momento de hacer las cuentas y poder correlacionar lo potabilizado en las Plantas de Tratamiento de Agua Potable, Ptap, respecto a lo facturado, encontramos que hay un 52 % de pérdidas, algo que el mismo Ibal reconoce”.

Ello vendría a significar, que en la conducción del preciado líquido a los hogares ibaguereños, más de la mitad del recurso hídrico se echa a perder, lo que, en última instancia, también representa millonarias pérdidas para el municipio.

Sobre este respecto, el líder de opinión, Guillermo Pérez Flórez, agregó: “esta situación se repite mes a mes, de manera que al año se ‘evaporan’ más de 24 millones de metros cúbicos. Si el costo promedio de tratamiento fuese de $1.500 metro cúbico, la pérdida anual sería de más de 36 mil millones de pesos. Adivinen ustedes quién la paga. Tampoco se necesita ser genio”. 

Así las cosas, y con base en lo anteriormente expuesto, Ortíz estima que este es uno de los rubros que más pérdidas le genera a la ciudad. Este complejo panorama, explica el geólogo, es consecuencia de la obsolescencia de las redes de acueducto, varias de las cuales llevan décadas sin ser modernizadas.

“Creería uno que la solución debe ser la puesta en marcha de unas fases progresivas de recuperación del sistema de acueducto en las zonas donde se identifican la mayor cantidad de fugas. Sin embargo, a hoy, esa no es la solución por parte de la Administración, sino que, ante la falta de agua, buscamos más lugares de donde captar”. 

“Si usted tiene en este momento una disponibilidad que se le está perdiendo, es mucho más factible recuperar esa agua que empezar a meter tubería y demás, a cuanta quebrada y afluente encuentra. Que por otras cosas, yo estuve en el Corazón y me di cuenta que no es cierto que dichos caudales sirvan para suplir buena parte de la necesidad en términos hídricos de la ciudad”, concluyó Ortíz.

Inversiones

Con miras a mejorar esta situación, se sabe que el Ibal puso en marcha la construcción de la primera fase de la sectorización hidráulica, en el que se busca la instalación de válvulas, reducir las presiones de las tuberías y tener un control de lo que se factura  para mitigar la pérdida del recurso. Para sacar adelante este proyecto, fue necesaria una inversión de $3.589 millones de pesos.

“Actualmente, cerca del 50 % de las pérdidas de agua, son debido a fugas y daños en la red, por lo que este proyecto contribuirá a ahorrar recursos para la reparación de redes por roturas causadas por altas presiones, porque las regulará. Además, permitirá saber con exactitud la cantidad de metros cúbicos de agua entregados a cada sector y evaluar así la pérdida de acueducto por zona, para elaborar proyectos de disminución”, aseguró Erika Palma, gerente del Ibal.

Por su parte, la funcionaría agregó: “Nuestro Gobierno inicia el proyecto de sectorización hidráulica en los distritos 2, 5, 5A y 3, que tendrá cobertura en 50 barrios de la ciudad. Este busca facilitar las acciones del personal operativo cuando se va a recuperar una tubería de acueducto dañada, evitando cortes en el suministro del servicio por fallas puntuales”.

Si bien la administración Hurtado fue el primer Gobierno que inició la implementación de la sectorización hidráulica en Ibagué en agosto del 2022, se está a la espera de que la empresa de acueducto revele hasta qué punto se redujo la pérdida del 52 % del agua potable.

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