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Durante el transcurso de la jornada de ayer, un grupo de ciudadanos llegó al Parque Centenario, ubicado en el centro de la ciudad, para intervenir las zonas verdes con una particular oferta cultural, ecológica y de emprendimiento.
‘Vive Centenario’, nombre que recibió la actividad, es la puesta en marcha de una puesta que el colectivo ‘Cuidadores del Centenario’ empezó a encarrilar sobre la esfera pública, en aras de cambiar el ‘imaginario social’ que recae sobre el parque, al márgen de las circunstancias que rodea su notorio abandono y dificultades sociales.
Camila Reyes Agredo, miembro del colectivo ‘Cuidadores del Centenario’ explicó que la actividad se gestó a partir de un interés genuino de algunos ciudadanos que, a través de la oferta dispuesta en el evento, encontraron un mecanismos para promover la habitanza ciudadana en el ‘pulmón verde’ del Centro.
“El mensaje que estamos comunicando es el de ‘Vive Centenario’, una iniciativa ciudadana donde le contamos a las personas todos esos estereotipos sobre el abandono del Centenario, el consumo de sustancias, el arrojo de basuras. Vamos a ‘desmitificar’ eso porque en Ibagué sucede que generamos esas concepciones de las cosas y comenzamos a abandonarlas”, precisó Reyes Agredo.
Y agregó: “La ciudadanía tiene el poder y la responsabilidad de habitar los parques públicos, y ese es el fin de la actividad que estamos realizando. Lo cuidamos y protegemos con pacas biodigestoras, con talleres de 'biorespiración', con meditación, con yoga, con prácticas de autocuidado”.
Sobre la zona se dispuso de comida, talleres y múltiples emprendimientos locales en la zona. Según Agredo, diferentes líderes del colectivo ciudadanos han estado habitando regularmente el Parque Centenario durante la mañana, tarde y noche.
“Si nosotros no habitamos los espacios públicos, ¿quiénes lo van a habitar? Y cuando se cae, decimos ‘ay, qué pesar como se cayó’. ¿Qué estamos haciendo para que eso no ocurra? Si no se habita el Parque, somos parte del abandono. Y la idea es que la actividad se sienta, que nos podamos sentar a hacer un picnic”, puntualizó la joven lideresa.
Y puntualizó: “Se cayeron cinco árboles, nadie se hace cargo de la poda. ¿Y qué?, ¿se caerán veinte más? A nadie le importa nada. El proceso de limpieza es duro porque tenemos pocos recursos que logramos juntar entre nosotros. Además, es difícil por la cantidad de basura y excremento humano que dejan ver que existe una problemática pública que ni Infibagué, ni Interaseo, ni la Alcaldía, ni la Secretaría de Infraestructura han podido atender. ¡Ni siquiera la Secretaría de Cultura!”.
Parte de la jornada, contempló un ‘micrófono abierto’ con muestras musicales, en compañía de diferentes agrupaciones musicales del ámbito local. “Hubo una oferta musical de gaitas, tambores, bullerengue, rap y hasta poesía”, apostilló Reyes Agredo.
Destino incierto del Centenario
Es menester acotar que, sobre el Parque Centenario, han recaído varias discusiones ‘administrativas’ respecto a las pocas acciones de mantenimiento que se han gestado durante los últimos tres años. La actividad ciudadana, dejó entrever nuevamente una discusión que no ha dado ‘atisbos’ de avance en términos de actividades concretas.
De lo anterior, también cabe precisar que el año pasado, la Administración municipal solicitó $27 mil millones de pesos en un empréstito al Concejo Municipal. Dichos rubros iban a ser destinados para la cimentación de los primeros ‘pinos’ del proyecto ‘Operación Centenario’.
No obstante, y luego de un pronunciado disenso ciudadano, la Alcaldía decidió omitir la ejecución de este proyecto, destinando solo $7 mil millones del monto original para alguna adecuaciones que, a la fecha, no se ven reflejadas ni en la zona verde, ni en la jardinería, ni en la infraestructura interna.
En una revisión a sus intervenciones, sobre el Parque Centenario se edificó el puente de madera sobre el 2020, el cual ya presenta daños sobre su constitución. Durante el 2022, se realizaron algunas jornadas de aseo de la mano de Interaseo y organizaciones descentralizadas de la Administración.
La última inversión que se vio reflejada sobre el parque, trae a colación el adoquinamiento que se hizo sobre el terraplén de la calle 10, el cual se ejecutó producto de la caída de un árbol en abril del año pasado tras un cuestionable procedimiento en uno de los fustes de un ejemplar de samán. Lo anterior, derivó en la tala de otros ejemplares sobre el terraplén.
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