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En una visita que realizó EL NUEVO DÍA a la zona, se pudo constatar que no solo no se ha realizado intervención, sino que la situación sobre la infraestructura se ha agravado y presenta serios rezagos de colapso.
Desde el pasado mayo del 2022, la infraestructura sufrió algunas afectaciones en su integridad, debido a la temporada invernal que azotó al territorio en aquella época, provocando afectaciones en vías terciarias y racionamientos de agua potable.
La potencia hídrica de la quebrada Cocare, en épocas invernales, hace de este tramo un punto indispensable para mejorar el acceso y salida de la zona rural.
También es importante tener presente que en la zona rural se cultivan comercializa plátano, banano y café, por lo que la intermitencia vial les ha representado problemas económicos, no solo a los habitantes de La Esperanza, sino que también para los de las veredas Carrizales, Belleza y Sinaí.
Lo anterior los ha dejado sin ruta de transporte por esa zona que es por los lados de Huevos Oro, lo que los obliga a pasar por el barrio El País, que es un recorrido más grande y por el que pagan un rubro mayor al que estaban acostumbrados.
La comunidad comenta que hace tiempo desde Infraestructura visitaron el puente y les dijeron que iban hacer estudios y diseños para repararlo, pero a la fecha siguen a la espera de una solución, por lo que se han visto en la necesidad de intervenir los diferentes espacios para dar a conocer el problema que tienen porque sienten que los olvidaron y se avecinan más lluvias lo que desencadenaría otras dificultades.
Ricardo Sosa, líder veredal de La Esperanza, contó a esta redacción que los carros ya no suben por la intermitencia vial, hecho que ha incrementado el gasto de los productores agrícolas, quienes deben sacar de su bolsillo para pagar transporte particular.
Además, el líder veredal señaló que el pasado 31 de agosto, la Administración municipal subió pliegos para adjudicar la obra, pero continúan a la espera de establecer qué sucedió con el proceso en el Secop.
Lo que agrava en gran medida la situación de los habitantes de La Esperanza es la constante inseguridad que se ha venido gestando en los alrededores del puente afectado. Los robos y atracos se han vuelto ‘pan de cada día’.
“El problema de la vía es grave porque no hay servicio de transporte y la gente anda a pie, y cuando pasan por un punto crítico que se le conoce como el ‘atracadero’, resultan siendo despojadas de sus pertenencias. En muchas ocasiones, delincuentes han atracado a varias personas y las autoridades no han querido hacer caso al llamado”, denunció Carlos Valencia, vicepresidente JAC de La Esperanza.
Y aseguró: “Como la gente no tiene transporte, se arriesga a bajar a pie. La Policía dice que se debe poner la denuncia en cada atraco, pero acá somos campesinos, la mayoría se queda trabajando. No estamos dentro de las estadísticas de riesgo y peligrosidad por ese asunto, pero están robando todos los días”.
Con machetes, cuchillos y hasta armas de fuego, los ‘malhechores’ rondan la zona motorizados, a la expectativa de encontrar víctimas.
Por último, Sosa refirió que, según lo que le comentaron desde la Administración municipal, después de adjudicada la obra, su construcción podría demorar cerca de tres meses.
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