Después de los ataques perpetrados en Oslo, el número de víctimas mortales se elevó ayer a 92 mientras continuaban las labores de rescate para hallar a cuatro personas que permanecen aún desaparecidas en la región de Sunnvolden, donde 85 jóvenes perdieron la vida. 

“Nuestro país jamás había sido afectado por un crimen de esta magnitud desde la Segunda Guerra Mundial”, declaró el primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, durante una rueda de prensa.

El presunto asesino, del que se ha dicho corresponde a Anders Behring Breivik, fue capturado por la Policía dos horas después de haber perpetrado el homicidio. 

Según declaraciones de algunos de los sobrevivientes,  Behring Breivik, vestido con su traje de policía, primero se ganó la confianza de sus víctimas argumentando que les iba a proteger, para luego asesinarlas y cerciorarse de que estuvieran muertas.

“De repente, escuchamos disparos detrás de una colina”, cuenta Khamshajiny Gunaratnam, quien sobrevivió gracias a que huyó nadando desde la isla de Utoya. “Nos dijimos: pero bueno, ¿quién está cazando aquí? Sólo podía ser un cazador”, agregó.

Según  declaraciones hechas por Elise, una joven de 15 años que se escondió bajo una roca tras el ataque, Behring Breivik les dijo, antes de abrir fuego: “Vengan aquí, tengo informaciones importantes, vengan, no hay nada que temer”.

Por su parte, Adrian Pracon,  un joven que recibió un disparo en el hombro izquierdo, narró cómo el sindicado disparaba a las personas a una corta distancia y a los que se lanzaron al agua para huir del tiroteo. 

“Empezó a disparar a esa gente, así que me eché al suelo y fingí estar muerto. Se puso a unos dos metros de mí. Podía oírlo respirar”, dijo, y “les pegaba (las víctimas) una patada para ver si estaban vivos, o simplemente les disparaba”.

Hipótesis señalan que Anders Behring Breivik, presunto autor de la explosión que dejó siete muertos en el centro de la capital, habría tomado un transbordador para huir a la isla de Utoya. 

Sin embargo, la Policía no descarta la hipótesis de que otro hombre haya participado en el crimen, pues las declaraciones de los testigos así lo indican.