Empero, en la actualidad lo que moviliza a la mayoría de la gente son los problemas de infraestructura, específicamente las vías.
Muchos miden el progreso por el estado de calles y avenidas. Lo demás es secundario o de poca monta. Si se mejora la salud, la educación, la recreación y el deporte, la atención de la niñez, del adulto mayor o de la población vulnerable, todo eso nada vale si no se tapan los huecos de las calles. La calidad de vida se ve reducida a la cantidad de asfalto ejecutado.
La ciudad de Ibagué tiene más o menos 425 kilómetros de vías. De los cuales, al entrar este gobierno, alrededor de 370 estaban en mal estado. Pero más grave, es que la red de alcantarillado de la ciudad está obsoleta en un 70 por ciento, lo mismo las redes del acueducto. Recuperar estas dos redes cuesta más de 400 mil millones de pesos, además de la incomodidad de romper casi todas las calles y avenidas de Ibagué. No se debe recuperar una vía sin solucionar los problemas de alcantarillado y acueducto, porque el agua subterránea deteriora lo que se haga encima de ella.
Pavimentar un kilómetro de vía cuesta un poco más de mil millones de pesos. Luego arreglar las vías de la ciudad cuesta por encima de los 370 mil millones, sin contar los costos de acueducto y alcantarillado que son otro tanto o más. En el 2012 este gobierno recibió un presupuesto que aprobó la administración anterior para arreglo de vías de solamente tres mil millones. Es decir, para recuperar tres kilómetros de los 370 dañados. Y cero pesos para arreglar las envejecidas redes del Ibal.
La alcaldía, ante esta gran dificultad, presentó un proyecto de endeudamiento al Concejo municipal, el cual fue aprobado para los cuatro años de gobierno. De los cien mil millones de cupo de endeudamiento, algo menos de 40 mil millones son para arreglar vías. En los cuatro años de este gobierno, con gran esfuerzo y responsabilidad se podrían recuperar casi 70 kilómetros y faltarían 300…
Por eso se decidió priorizar las rutas de los buses y el centro de la ciudad. Se trabaja duro pero es insuficiente porque no alcanza el dinero. Los arreglos han sido bien hechos, no aplicando capas superficiales de asfalto sino recuperando a profundidad la vía para que el remedio dure y sea efectivo.
Como el abandono vial era tan crónico y tan grande cualquier esfuerzo se nota poco. Y el corazón de cemento de la mayoría de la gente, ve lo que hace falta más no lo que se ha hecho. Y todo el trabajo social que ha realizado el gobierno municipal no se tiene en cuenta.
Llama la atención que todos los que vienen a la ciudad valoran su progreso, sus avances y las grandes posibilidades que se están gestando. Muchos inversionistas ven en Ibagué un centro de oportunidades y de negocios. Pero los ibaguereños, poco informados, cargados de pesimismo y escepticismo, no reconocen casi nada. ¡Qué vaina!
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