Un techo para el dólar

La última reunión de la Junta Directiva del Banco de la República dejó dos noticias importantes: una buena, que ha sido muy destacada por los medios, y otra mala que ha pasado casi desapercibida a pesar de sus graves consecuencias para el país.

La buena noticia es, por supuesto, que la Junta decidió no subir sus tasas de interés a pesar de que subsisten los riesgos de recalentamiento de la economía.

La política monetaria sigue siendo expansiva como lo demuestra el crecimiento de la oferta monetaria (18 por ciento) y el de los créditos bancarios (23.5 por ciento).

En circunstancias normales, frente a estos indicadores y el buen comportamiento del sector real, con tasas de crecimiento del PIB por encima del cinco por ciento y desempleo bajando, el Banco hubiera decidido apretar las clavijas y seguir subiendo los intereses domésticos, a pesar de saber que el principal incremento de la cartera bancaria son los préstamos en dólares.

Pero la coyuntura actual no tiene nada de normal por el deterioro del contexto externo y la gran incertidumbre que hay por el posible agravamiento de la crisis financiera internacional que podría conducir a una nueva recesión mundial.

El desplome de las bolsas de valores de todo el mundo, así como la caída de los precios del petróleo y otras materias primas, son señales muy claras de esta incertidumbre. Ante estos riesgos la Junta fue sensata y tomó la decisión de dejar quietas las tasas de interés.

La mala noticia es el cambio en la política cambiaria, donde el Banco decidió suspender la compra diaria de 20 millones dólares, con la cual estaba frenando un poco la revaluación del peso, y, peor aún, anunció que iba a volver a vender hasta 200 millones de dólares si la TRM subía más de 38 pesos en un día. En la práctica le quiere poner un techo al precio del dólar.

Lo que esta decisión le dice al país es que el Banco del República considera que una tasa de cambio cercana a 1.900 pesos por dólar es adecuada para permitir la competitividad de la producción colombiana, que no considera necesario defenderla por encima de ese nivel y, lo peor de todo, que va a intervenir para que no suba mucho más. Grave error de apreciación y de análisis.

El lego en la materia se pregunta ¿por qué, si el dólar llegó a estar a cerca de tres mil pesos, la Junta piensa que una tasa de mil 900 pesos puede ser el nivel de equilibrio de la tasa de cambio?.

¿Cómo es posible que el precio del dólar sea hoy el mismo que hace 12 años, si en este período la inflación ha sido del 105 por ciento, es decir que el precio en Colombia de todos los demás bienes se ha duplicado y hoy sea mucho más barato comprarlos afuera?

La decisión del Banco es mucho más perjudicial ahora que Colombia está bajando unilateralmente los aranceles de importación y se está embarcando en una nueva ronda de apertura comercial buscando la firma de TLC con varios países.

En un escenario de “libre” comercio, pero con los demás países subsidiando a sus productores y aplicando medidas proteccionistas, la tasa de cambio es una de las pocas defensas que pueden tener los productores colombianos frente a la competencia internacional. Por eso no tiene sentido que si los capitales internacionales hoy cambian de rumbo y producen una devaluación del peso, el Banco de la República le ponga un techo al precio del dólar.

Credito
MAURICIO CABRERA GALVIS

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