La Alcaldía de Bogotá ha puesto en venta 1.5 billones de acciones del Grupo de Energía de Bogotá (GEB) que eran de su propiedad y representan el 16% del total, cumpliendo todos los requisitos establecidos en la ley 226 de 1995, cuyos objetivos eran promover la democratización de la propiedad y salvaguardar el patrimonio público. Ninguno de los dos se cumplió en este caso, lo cual demuestra que en Colombia la ley se obedece pero no se cumple. La Ley 226 estableció dos etapas para cualquier privatización: la primera para trabajadores y el sector solidario en condiciones preferenciales, y la segunda para el público en general y los grandes inversionistas. Se ha supuesto, aunque no lo dice la ley, que como es una oferta preferencial el precio de la primera etapa debería ser más bajo que el de la segunda. Lo mínimo que se ha hecho siempre es ajustar el precio de la segunda etapa por el índice de la inflación acumulada desde la primera etapa.
El primer error de la Alcaldía, que implica un detrimento patrimonial, es que fijo el mismo precio de venta para las dos etapas en $2.018 por acción. Si lo hubiera ajustado por inflación, en la segunda etapa ha debido ser $2.068. El mercado estaba esperando este ajuste pues el precio promedio de la acción en la bolsa durante el pasado mes de junio fue de $2.070. Esta diferencia de $50 pesos significa que la ciudad va a perder $75 mil millones. La pérdida del patrimonio público puede ser mucho mas grande si se toma como referencia del precio las valoraciones de la empresa hechas por analistas independientes y profesionales como tres de las más importantes bancas de inversión del país, Casa de Bolsa del Grupo Aval, Davivienda Corredores y Valores Bancolombia. En su análisis de la acción de la GEB las tres firmas recomiendan comprar pues el precio objetivo que estiman es de $2.385, $2.300 y $2.250 respectivamente, es decir, un precio que está entre el 12% y el 18% más alto que el fijado por la Alcaldía. El promedio de estas 3 valoraciones es de $2.311 por acción -14.5% más alto- lo que implica un potencial detrimento del patrimonio de la ciudad de $435 mil millones por haber ofrecido las acciones a un precio inferior.
Quienes compraron acciones de la entonces EEB en el 2009 a $700 por acción, han tenido una rentabilidad promedio de casi el 20% anual, y para los que compraron en 2011 a $1.300 la rentabilidad ha sido del 12% anual. Bueno para los inversionistas privados, malo para el patrimonio público.
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