Dos noticias económicas recientes muestran una aparente paradoja en el desempeño de la economía colombiana: de una parte se reporta que se están creando muchas más empresas; de otra, el desempleo aumentó y volvió a dos dígitos. Lo primero se atribuye a los beneficios de la Reforma tributaria y el despegue de la economía naranja, mientras que por el aumento del desempleo nadie responde.
En cuanto a las nuevas empresas, Confecámaras informa que en el primer trimestre de 2019 se crearon 96.914 “unidades productivas”, de las cuales 77,8% corresponden a personas naturales y el 22,2% a sociedades, y señala que esta cifra representa un crecimiento de 9,7% con respecto al año anterior. En un periodo de 12 meses se crearon más de 350.000 empresas. Toda una clara demostración del repunte de la economía, de la confianza de los inversionistas y de las nuevas oportunidades de negocios, según análisis del presidente del gremio.
El panorama del empleo es mucho más sombrío. Según el Dane, en un año la tasa de desempleo pasó de 9,4% a 10,8%. Detrás de estos porcentajes hay una verdadera tragedia social: durante el año 435.000 personas entraron a la fuerza laboral, es decir salieron a buscar trabajo, pero solo 52.000 consiguieron empleo, es decir que el número de desempleados aumentó en 383.000. Es como si toda la población de una ciudad del tamaño de Manizales hubiera quedado desempleada. El aumento de la informalidad y la destrucción de trabajo decente hacen que la situación sea todavía peor por: de los 22.1 millones de personas que están ocupadas en el país, 9.46 millones (el 43%) están subempleadas, es decir que no tienen un empleo suficiente o digno, mientras que hace un año solo eran 8.54 millones. Esto significa que durante el año 920.000 personas tuvieron que aceptar empleos de menores ingresos o menor calidad, lo cual lógicamente deterioró sus condiciones de vida.
En las 13 principales ciudades del país el deterioro del mercado laboral es mayor: la tasa de desempleo llegó a 12%. Y a pesar de que solo 112.000 personas salieron a buscar empleo la cantidad de ocupados disminuyó en 73.000 y los subempleados aumentaron 576.000.
¿Cómo entender que en un año se creen 350.000 empresas nuevas pero al mismo tiempo aumente el desempleo y el subempleo y solo se generen 52.000 puestos de trabajo? Parece una paradoja pero hay dos explicaciones claras. La primera es que el informe de Confecámaras sobre el primer trimestre no menciona el número de empresas que desaparecieron, pero la misma entidad en otro estudio más detallado muestra que por cada 10 empresas que se crean en Colombia, desaparecen unas 9.
La otra razón es que la mayoría de las “empresas” nuevas son sociedades que se crean con fines contables o tributarios y no generan empleo ni son innovadoras.
Registrar empresas de papel no es lo mismo que generar empleo.
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