PUBLICIDAD
No es cierto que mejoramos al pasar del segundo al tercer puesto. La razón es sencilla, si revisamos las cifras, en el mismo trimestre del año 2019 Ibagué registró una tasa de desempleo del 18,6% - una cifra ya escandalosa-, para pasar al 19,4% en el primer trimestre de este año, ¡esto! para nadie puede ser motivo de mejora.
Si revisamos la tasa de desempleo en Ibagué de los últimos diez años, podemos concluir que la fórmula tradicional por medio de la cual se intenta generar el empleo necesario para dinamizar la economía local y jalonar el desarrollo ha fallado y, con el efecto de la pandemia, podemos asegurar que seguirá fallando. ¿Será, entonces este, el escenario de un nuevo orden económico y social al que tenemos que apostar para lograr generar empleo y dinamizar la economía?
Si miramos atrás, podemos anticiparnos a señalar que el Covid-19 nos tiene ad portas de una transformación social y económica, un cambio de prioridades que resulta lógico luego de evidenciar las fallas del modelo que soporta nuestra economía, ya nos dimos cuenta que es el capital humano el que sostiene una economía altamente informalizada como la nuestra.
Recordemos que la peste negra o plaga bubónica del año 1346 transformó el ámbito social, económico y político de las sociedades europeas en aquella época, siendo un momento crítico en la historia que transformó la trayectoria de algunos países. Por ejemplo, en Inglaterra, en la época de la peste, la riqueza fluía de abajo –de los campesinos- hacia arriba –un grupo pequeño de señores-, lo que ocasionó que ante la escasez, los campesinos exigieran mejores condiciones para sostener el modelo. Finalmente, ese modelo económico cambió para ellos a partir del siglo XVII luego de la guerra civil inglesa y la revolución gloriosa de 1688.
Supone esto tener que hablar sobre el nuevo orden que se deberá establecer como consecuencia de la pandemia. Supone también señalar que el contrato social de Rousseau sobre libertad e igualdad dentro del Estado de Derecho evolucionará y será en el capital humano ibaguereño donde debamos invertir nuestras prioridades, haciendo que vaya dirigida a fortalecer las instituciones y los instrumentos para lograr un objetivo común a 10 y 20 años: Colegio, Universidad e Internet, que nos permita tener una sociedad preparada y formada para enfrentar los retos del nuevo orden, pero también, un gran acuerdo con el aparato productivo que nos lleve a definir nuestra vocación, ¿por qué no? como ciudad inteligente.
Todo esto hace parte del futuro en el desarrollo económico y social del municipio, nada más basta con ver el informe de competitividad por ciudades del año 2019 y ver la importancia de este factor: el talento humano; y el lugar en el que nos encontramos actualmente, puesto 16 entre 23 ciudades.
Comentarios