Sobre Venezuela

Columnista Invitado

No es fácil hoy y nunca lo ha sido, al menos desde 1999, comprender el proceso político que vive Venezuela.
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Y luego de las elecciones del domingo, nuevamente abundan las posturas maniqueas de lado y lado y la confusión alrededor de las dos narrativas en disputa: la del golpe de Estado que impulsa el oficialismo y la del fraude que blande la oposición liderada por María Corina Machado.

Sin embargo, quien canta bingo muestra el cartón, como dicen en Venezuela. Es decir, esta vez la oposición sino no quiere repetir los errores del pasado, debe acompañar sus reclamos de fraude con todas las evidencias pues si la violencia política toma las calles el saldo de heridos y víctimas puede ser igual o superior a lo ocurrido en 2014 y en 2017 y podría desencadenar una guerra civil.

Si bien, la situación en Venezuela ha mostrado importante mejoría en términos de seguridad, abastecimiento de alimentos y control de la hiperinflación, al tiempo que según un informe del FMI la economía del vecino país será una de las de mayor crecimiento en la región este 2024 con un 4% del PIB en parte por la reactivación de la industria petrolera. Y por otro lado, el 51% de los votos que habría logrado Maduro el domingo están en el piso de lo que históricamente ha obtenido el chavismo en las distintas elecciones presidenciales. Los reparos frente al resultado electoral, planteados por actores tan importantes como el Centro Carter, son muy serios de modo que el CNE está en la obligación de presentar las actas de las más de 30 mil mesas instaladas a efectos de garantizar la legitimidad de la elección.

En este escenario la postura del gobierno Petro ha sido ponderada y responsable pues pocos países como Colombia están expuestos a las repercusiones políticas y económicas de lo que pase en Venezuela. Al exigir el reconteo con base en las actas y una veeduría internacional la postura colombiana se aproxima al posicionamiento que hasta el momento han mostrado dos actores muy importantes en el hemisferio como son Brasil y Estados Unidos, manteniendo un margen de maniobra en su intención de participar como mediador internacional en la crisis política venezolana.


 

Alexander Arciniegas

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