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Esta impresionante y larga ceremonia inaugural fue elogiada y suscitó reacciones admirativas durante su desarrollo. Los primeros momentos fueron de satisfacción y orgullo, con gente deslumbrada, boquiabierta frente al despliegue fastuoso, original y nunca visto para un desfile de atletas fuera de un estadio deportivo.
Luego empezaron a llover las críticas, unas ya anticipadas, como la incertidumbre climática con posibilidad de lluvia que podía afectar algunas presentaciones e incomodar al público. Como efectivamente ocurrió.
Se admiró el original recorrido artístico por París y su historia, la diversidad con participación de todos, todas, todes y más; también la innovación, el himno a la tolerancia, la libertad, igualdad y fraternidad. Se notó la evocación especial de mujeres francesas que hicieron historia. Fue interesante la participación de una banda metal con una cantante de ópera un canto históricamente revolucionario, interpretación considerada algo irreverente con la historia patria, con María Antonieta como recién pasada por la guillotina cargando su cabeza en las rodillas…
Lo anterior no fue nada frente a una versión “diversa” y burlesca de la ‘Última Cena’ de Leonard da Vinci, por la que ya se pidieron disculpas a la iglesia católica y los que pudieron sentirse ofendidos. Lady Gaga, finalmente, salió en pregrabado sin arriesgarse con la lluvia, mientras el público presente y pasado por agua veía el escenario vacío y la actuación de la artista en pantalla gigante. Hubo público repartido a lo largo del kilométrico recorrido sobre el río Sena, quejoso porque desde sus costosos puestos en las riberas no se podían ver bien los escenarios.
Ya van quejas formales, Corea del Sur por haber sido confundida con su pariente enemiga del norte. El judoca español ya declarado no grato en Japón por la forma como ganó su primer combate con un japonés, quien luego trató de esquivar el protocolario saludo final. El equipo femenino canadiense de fútbol sancionado con interdicción de su entrenadora principal por espionaje “drónico” de adversarios. Países excluidos, con deportistas obligados a concursar sin enarbolar el orgullo nacional de su bandera. Bandera especial de los JO para que atletas refugiados tengan su insignia propia.
Los juegos París 2024 quedarán en la historia por dos desafíos: equidad en la inscripción de atletas hombres y mujeres. Y una ceremonia de apertura y algunas contiendas fuera de escenarios deportivos convencionales. En cuanto al espíritu de los JO: juego limpio, sana competencia, superación y paz, veremos.
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