Una píldora de convivencia

Comandante Metib

Uno de los factores de mayor preocupación frente a la seguridad ciudadana, son las coyunturas que afectan la convivencia, si bien es cierto, es complicado tener contento a todo el mundo, máxime cuando se presenta resistencia a las obligaciones y responsabilidades de las personas para que un ambiente de sana armonía se materialice en el entorno donde se habita; es así, como uno de los tantos problemas que generan alteración del orden social, es la invasión al espacio público.

Es bueno recordar que bienes de uso público, son aquellos inmuebles de dominio público, para ser usados por parte de todos los habitantes del territorio nacional, destinados al disfrute colectivo, como las calles, parques, plazas, plazoletas, puentes, playas, caminos, zonas de protección, entre otras, caracterizadas por ser de necesario control y cuidado, inalienables e imprescindibles. En ese sentido, en ciudades capitales como Ibagué, la administración del espacio público urbano, comprende la puesta en marcha de una serie de estrategias de acción conducentes a lograr el mantenimiento, conservación, preservación, adecuación, diseño y protección de cada una de las áreas que conforman la estructura del espacio libre, dispuesta particularmente para la circulación e interrelación de los habitantes de la ciudad.

La Policía nacional, hace parte del engranaje de la Administración municipal, realizando acompañamiento que permita dar cumplimiento a las responsabilidades y evitar invasiones de espacio público, evento que es clamor ciudadano, particularmente de peatones que ponen en riesgo su vida al no tener por donde circular, toda vez que se presenta un dominio indebido de lo público; esta problemática social es un motivo de descontento de otro sector de la comunidad, generando un contrapunteo entre la razón colectiva con los derechos y obligaciones de otros; no obstante, las personas deben entender que la institución policial en su acompañamiento a la administración municipal debe realizar actividades de prevención y control para mantener la tranquilidad, particularmente en aquellas zonas que concentra la mayor violación al espacio público, evento que suscita situaciones de crítica por parte de otros sectores; ejemplo de ello, es usar los sitios autorizados para parquear vehículos evitando que éstos queden abandonados sobre las vías públicas y en algunos casos, sobre andenes, siendo un ambiente propicio para el actuar de la delincuencia.

Se insiste en la necesidad de comprender que la institución policial, es un eslabón del gran engranaje que debe garantizar el goce de derechos colectivos, como la libre locomoción por las calles de la ciudad, en especial su zona céntrica; no obstante, es preocupante que se presenten actos de intolerancia al dar cumplimiento a las normas de convivencia como es la recuperación del espacio público. Si la cultura ciudadana diera ese cambio provechoso para las instituciones del Estado y la comunidad, no fuese necesario el uso legítimo de la fuerza en este tipo de procedimientos, generando un ambiente de armonía en la ciudad.

Ibagué debe convertirse en un ejemplo en el respeto de lo público, con una zona centro que sea digna de admirar por otras capitales del país, respetando los ambientes comunes, las zonas peatonalizadas, entre otros, si a diario actuamos con aquellas píldoras de sana convivencia, se logrará un ambiente de armonía en la región. DIOS Y PATRIA.

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