De lo fallido a lo atractivo

El ex secretario del Tesoro de Bill Clinton, Larry Summers, quien además es sobrino de dos premios Nobel de economía, acaba de hacer unas referencias a Colombia, que bien vale la pena ser tenidas en cuenta por los inversionistas, para hacerse una idea aproximada de la realidad que está viviendo el país frente a sus posibilidades futuras.

Una voz tan autorizada como esta no sólo viene a Colombia, sino que la recomienda como la mejor economía de Latinoamérica, por todo lo que ha significado su comportamiento y evolución en los últimos años y porque ?Ha sabido realizar transiciones importantísimas?.

Un país que ha logrado salir del conflicto armado como amenaza para los inversionistas y para la población, y que ha estado en capacidad de atenuar el fenómeno del narcotráfico, ve abiertas sus posibilidades no sólo por su ubicación estratégica en medio del Continente, rodeado por dos océanos y con una riqueza minera y de recursos naturales como muy pocos países en el mundo, situación que lleva al personaje a utilizar el calificativo de ¿Esperanzador? para referirse a su futuro.

Nos dice que hoy los bancos preferirían prestarle a Colombia que a Francia o que a otras 10 naciones de Europa, pues su manejo económico es estable en medio de la crisis mundial, su deuda manejable y con pagos cumplidos y su sistema financiero sólido y sin amenazas.

Aprovecha para dar unos consejos que vale la pena tener en cuenta: Primero, invertir en educación pues es el medio para alcanzar las oportunidades de igualdad para que un gobierno sea legítimo y por esa vía también es que se logra la mano de obra de calidad requerida para la prosperidad del sistema productivo.

En segundo lugar, sugiere que la mentalidad a aplicar en este escenario sea la de la ofensiva, pues ese instrumento lleva a la excelencia y a marcar elementos diferenciales que le abrirán el paso dentro de la participación de los mercados internacionales.

En tercer lugar sugiere que la gran prioridad del momento debe ser el impulso de la infraestructura para lograr la conexión con el resto del mundo en términos de trayectos fáciles y de abreviación de costos.

Y en cuarto lugar, aconseja que el país debería concentrarse siempre en las fortalezas, mirar hacia afuera y ¿Planear para lo peor, esperando lo mejor?.

Son desafíos que hay que saber interpretar, para avanzar con paso firme y para alcanzar las metas ambiciosas que permitan no sólo ejercer un verdadero liderazgo, sino cumplir con la población en cuanto al mejoramiento de su calidad de vida y la ampliación de los escenarios de oportunidad.

Credito
EDUARDO DURÁN GÓMEZ

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