Protesta contra quienes dicen defender la democracia imponiendo dictadores que se sostienen en el poder asesinando opositores. Protesta contra quienes han utilizado la religión para explotar a los más necesitados, para encubrir sus delitos y para respaldar politiqueros que fomentan la injusticia y la violencia. Protesta contra quienes han hecho más importante el dinero que el ser humano. Protesta contra quienes comercializan la educación, la salud, los recursos naturales, el conocimiento y la vida.

Protesta contra quienes se oponen a la formación humanística de la juventud, destruyen valores y menosprecian la ética. Protesta contra el gobierno globalizado los banqueros, su influencia en la ampliación de la brecha entre ricos y pobres, su institucionalización del saqueo de dineros de los clientes de sus macabras empresas y la utilización del tráfico de influencias con entidades oficiales.

Protesta contra quienes no educan para hacer personas libres y contra quienes se oponen a la libertad de expresión. Protesta contra quienes imponen la razón de la fuerza y combaten la fuerza de la razón. Protesta generalizada contra quienes fortalecen la cultura de la guerra y se oponen a la cultura de la paz y al bienestar de los seres humanos.

Protesta contra los que respaldan que los capitales foráneos se apoderen del subsuelo, el sector agrario, el medio ambiente y los recursos financieros del país. Protesta contra quienes defienden la acumulación de la riqueza en manos extranjeras y de unos pocos nacionales sin tener en cuenta el incremento de la iniquidad social y el daño que causan al progreso de la sociedad.

Los silenciados y amenazados se están haciendo escuchar para exigir y proponer cambios en las estructuras que han impedido que los ciudadanos del mundo disfruten la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la tolerancia, la paz, la educación, el trabajo, la cultura, la ciencia, el medio ambiente, la inclusión y la vida.

El cambio trata de abrirse brecha, liderado por una juventud descontaminada que piensa en el futuro y se cansó de vivir en silencio soportando tanto desprecio por la vida. Ese cambio lo trata de iniciar en Colombia el movimiento universitario, con el respaldo casi generalizado del país que, posiblemente, ha comenzado a sentir vergüenza por su silencio cómplice ante tanta injusticia y tanta corrupción. Toca respaldar a los estudiantes para que tengan éxitos en su gestión para lograr el cambio que nos quedó grande a los de cédula amarilla y que tanto necesita el Tolima.

Ñapa.- Excelente la defensa de la salud de los colombianos que hizo en el Parlamento el senador tolimense Guillermo Santos (liberal y de Santa Chava) la semana pasada. Una documentada exposición sobre las falencias del sector, las injusticias contra los más pobres y las graves irregularidades que se presentan como consecuencia de la comercialización del derecho a la salud.