La atención del país está fijada en las próximas elecciones que definirán a quienes les toca repartirse el poder, con todo lo que eso significa. Hay quienes prometen sepultar el proceso de paz y quienes consideran que es necesario fortalecerlo.
Hay muchos, entre ellos el fiscal, aunque aparenta lo contrario, interesados en tender cortinas de humo en torno a la corrupción; desviar el debate, porque como van las cosas, él y todos sus amigos y promotores de su campaña a la Fiscalía, están untados de lo que sabemos.
Fuera del debate parecen quedar algunos temas indispensables para asegurar el bienestar de los colombianos, entre ellos la educación. Elemento fundamental para el futuro de Colombia que no ha logrado la atención que merece.
Para ocultar la verdad se encostaló la enseñanza de la Historia de Colombia para niños y jóvenes; la primaria y la secundaria siguen con programas no pertinentes y las escuelas rurales abandonadas. La educación superior dedicada a formar profesionales para el consumo y no para servir a la comunidad, lo que los lleva al rebusque de la plata con lo que sea y para lo que sea. La ética y enseñanza integral se mandaron al carajo, con profesionales mal formados es poco lo que puede esperar el país.
El olvido de nuestra historia no ha permitido valorar, por ejemplo, lo que significó Mutis y la Expedición Botánica -que nació en el Valle de San Juan- para la ciencia, la educación y la independencia de Colombia.
Por esta falta de memoria y de interés por el verdadero desarrollo del país, despreciamos la ciencia y la investigación y cualquier pretexto es bueno para que los gobiernos disminuyan los recursos financieros para su avance, como hoy está ocurriendo.
La cultura en el cuarto de San Alejo, el patrimonio cultural a la buena de Dios y en muchos casos en manos de funcionarios que firman a ruego. La fiesta popular comercializada y la autenticidad a un lado, lo mismo que el turismo cultural, por lo menos en el caso del Tolima, departamento que parece gordo, hinchado, con paperas y cotudo.
El narcotráfico y la corrupción van de la mano en el pisoteo a la justicia y a la institucionalidad. Se legisla para legalizar el despojo de tierras, incluyendo los baldíos, y asegurar la mano de obra barata de los campesinos al servicio de las transnacionales y los terratenientes. Se destruye el medio ambiente con la bendición del Estado que por unas limosnas manda al carajo el futuro de las nuevas generaciones, sin tener en cuenta que es mejor producir alimentos que darle vía libre a los extractivistas que solo dejan desolación y daños en la cultura, en el tejido social y el irrespeto por lo público.
Miles de hectáreas de bosques se talan diariamente y las abejas, que aseguran la conservación de la flora, están siendo exterminadas sin que se note la acción del Estado para evitarlo. Abandono del campo, democracia en el papel, globalización rampante, consumo convertido en religión para los lobos.
Por ahí salta a la arena un pregonero anunciando una conferencia extraordinaria sobre ETICA y Transparencia en la Corte Suprema de Justicia, dictada por Luis Camilo Osorio y el magistrado entetado. Algo así como hablar de la importancia de la virginidad en un prostíbulo.
Como se ve el futuro sin la participación de la juventud indiferente y desengañada? Toca meterles julepe y abrirles el espacio para que luchen por un país que les dejamos en manos de Satuple.
Ñapa 1. -La Coral Ciudad Musical celebra sus cincuenta años de existencia con un extraordinario concierto en el Teatro Tolima, el 18 de octubre a las 7p.m. Una oportunidad para demostrar solidaridad con quienes han dedicado su vida a conservar nuestro Patrimonio Musical.
Ñapa 2. -Un encorbatado corre cuarta abajo y atrás unas personas que le gritan ladrón, ladrón. Alguien los corrige: No es un ladrón, es un magistrado.
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