Disparos al aire SOS para Mariquita

William Ospina acaba de la lanzar una señal de socorro –SOS- por y para Mariquita. Más concretamente, dirigida a salvar la Ciudadela Inglesa que aún sobrevive en ruinas en aquella población tolimense, antes que sea arrasada de la memoria histórica por el olvido o físicamente por uno cualquiera de los proyectos urbanísticos que ya amenazan con destruirla.

Propone nuestro admirado escritor en su columna dominical de El Espectador, construir en aquel lugar una Ciudadela de la Memoria, que nos recuerde la ruta de la expedición Botánica, la navegación por el río, el relato de la Concesión Aranzazu, la saga del café, las llanuras del tabaco, las minas de alemanes e ingleses, las ruinas de Santa Ana, el tendido de los ferrocarriles, el cable aéreo, la estación del ferrocarril y la del cableo aéreo, “entre otros muchos testimonios visibles de una edad del continente”.

La vieja Ciudadela –propone William – “debería convertirse en lugar de visita para viajeros, de trabajo para organizaciones y talleres de creación, en centro de reflexión sobre suelos y pisos térmicos, sobre las relaciones entre los glaciares y el río, sobre clima y transporte, sobre modelos económicos y desafíos ecológicos”.


La propuesta de William encaja armónicamente con una visión de desarrollo integral para el Norte del Tolima, ligada al rescate –en todas sus dimensiones -  del Río Magdalena, a las apuestas por impulsar un turismo prospero y  de largo alcance en la región, en afianzar culturalmente nuestros valores y retos. Sin embargo, conociendo nuestro entorno, resulta también necesario lanzar una SOS para la propuesta de SOS por y para Mariquita presentada por William Ospina, precisamente para que no caiga en el inmediato olvido. Lo primero, y obvio, es que Mariquita se apropie de la propuesta. Lo segundo, es convertirla en un proyecto de interés e importancia regional. Y finalmente, lograr la vinculación real y objetiva del gobierno nacional, departamental y entidades privadas que se le midan a impulsar dicho proyecto.


Hace poco, precisamente en Honda, la unión de importantes tolimenses logró sacar adelante una propuesta de honores a Alfonso Palacio Rudas que se verá reflejada en importantes obras para el desarrollo del Norte del Tolima. Ese ejemplo, debería de servir de modelo para Mariquita, tanto en su metodología como en sus propuestas. Pero, se necesitan líderes de carne y hueso, con la camiseta bien puesta, abanderando un proyecto de beneficio regional. También, ¿y por qué no?, podría constituir buena oportunidad para reunir la diáspora de mariquiteños alrededor de sus recuerdos de infancia y en procura de alcanzar días mejores para su lugar natal.


Las buenas ideas como esta de la Ciudadela de la Memoria, tienen el grave problema de evaporarse lenta e imperceptiblemente, de no concretarse de inmediato en instancias de ejecución. Los mariquiteños tienen el reto de no dejarla desaparecer. De seguro, habrá buen ambiente nacional y regional para apoyar la iniciativa. Pero se requiere que nazca a la vida ciudadana. Y, que el llamado a realizarla nos convoque a todos para convertirla en un propósito de clara estirpe y esperanza tolimense.  

Credito
CAMILO A. GONZÁLEZ PACHECO

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