Reformas

Si las reformas de salud y de pensiones no se tramitan en esta legislatura es posible que tengan que esperar hasta después de elecciones.

Es curioso cómo ha procedido el gobierno en la presentación y discusión de estos dos proyectos. El de reforma de pensiones se está presentando por encimita, sin detenerse en detalles y sin que se conozca el articulado de la propuesta. Y la reforma de la salud, que es la que le parece más urgente al Ministro de Hacienda, no se conoce. Esto parece indicar que no hay consenso dentro del gobierno respecto a la conveniencia de presentar ahora la reforma pensional, y que no va a prosperar en el Congreso, aun si el ministro Pardo la presenta al tiempo con la de salud. Quizás sea esta la más urgente, pero si ya se sabe lo que se quiere es arriesgado dejar la de pensiones para ser discutida y aprobada por otro Congreso.

Claro que es tal la importancia del tema y es tan radical el cambio que propone el Ministro de Trabajo para el régimen de pensiones que no sería malo tener bastante tiempo para estudiar y digerir esa reforma Como entiendo que está concebida nos va a devolver en el tiempo a la época del seguro social, que es lo contrario de lo que queríamos cuando se crearon los fondos de pensiones. En esa época, la posición del gobierno era acabar con el régimen de prima media, en el que la próxima generación de jubilados paga por la actual, y sustituirlo por el de ahorro individual, en el que los pensionados ahorran para financiar sus pensiones. Pero algunos jefes liberales y los sindicatos presionaron para dejar vivo el régimen de prima media y quedaron funcionando los dos sistemas. En ese entonces dijimos que el tiempo y las malas administraciones acabarían con el de prima media. Las administraciones si resultaron muy malas, pero ahora lo quieren resucitar de todas maneras para que se maneje por ese régimen la pensión de un salario mínimo a la que tendrían derecho los trabajadores que coticen todas las 1.300 semanas requeridas (entre el 9 y el 12 por ciento de los que llegan a la edad de pensión).


Como la mayoría de los colombianos tiene salarios muy bajos, el sistema sería preponderantemente de prima media. Se caería otra vez en el seguro social, 20 años después de la institución del régimen de ahorro individual, con otro nombre, pero con todas sus desventajas y el riesgo de mal manejo de los recursos.


Lo que atrae del proyecto es la eliminación de los subsidios del sistema actual de prima media que son inequitativos y favorecen a empleados de ingresos altos y que se quiere implantar una pensión mínima para todos los cotizantes. Pero solamente una pequeña proporción de los que cotizan y llegan a la edad de jubilación van a recibirla. A los demás les devuelven sus ahorros con un descuento que sería equivalente a una confiscación, y no tendrán pensiones, excepto por lo poco que podrán recibir de los fondos de capitalización en los que habrán ahorrado la otra parte de sus cotizaciones. La reforma apunta a debilitar los fondos de ahorro individual al tiempo que resucita el esquema de prima media y esto puede incidir negativamente en el ahorro doméstico, si le crea espacio fiscal adicional al gobierno y el gobierno lo usa. Este sería un retroceso indeseable.


Se desconoce cómo va a ser la financiación del sistema, la distribución de recursos, o cómo será el régimen de transición. La propuesta amerita indiscutiblemente un análisis profundo y amplia discusión antes de ser aprobada.

Credito
RUDOLF HOMMES

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