Por ahí, no es la cosa…

Hugo Patarroyo Murillo

Cuando todo el mundo espera conceptos “fuera de serie”, teorías sofisticadas, novedosas, claras y audaces, sobre lo que debe ser nuestro país, no falta quién, interpretando una mala definición de una teoría política, sale con unos cuentos, “todos raros”, copiados de las épocas en que las hipótesis extremistas hacían carrera en la sociedad moderna.
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Si bien es cierto que, no se puede ser “monedita de oro” para caerle bien a todo el mundo, también es obvio que, todo debe darse “a su debido momento”, como dice un alto dirigente conservador del Tolima.  El anarquismo “Bakuniano”, que decía que “había que destruir la sociedad”, no pegó ni siquiera dentro del grupo marxista de la Internacional Socialista de la época. Hoy en día, con todo y lo que vive el mundo con el tema de las pandemias que nos aquejan, se abortarán muchos de los sistemas económicos que se practican en los diferentes países.  Luego… convocar a una “desobediencia civil” , está fuera de contexto.

No es el momento de andar “montando peleas”, ni siquiera las de la “guacharaca bogotana” que, unas veces las da porque sí  y otras veces, porque no. Las disputas deben casarse con razón. Una cosa es, denunciar la corruptela en Ibagué y el Tolima, como lo han venido haciendo un valiente grupo de dirigentes, y otra, muy diferente, es decirle a los tolimenses que desconozcan la institucionalidad. Que todo lo que se ha venido construyendo desde hace más de 200 años, no sirve para nada. Que las luchas han sido inocuas, sin sentido. Por ejemplo, ¿qué tal, Rubén Darío Correa incitando al desconocimiento de la Alcaldía Municipal porque, quedó de segundo, en base a “las maturrangas” que se dieron en las pasadas elecciones ?  Le ganaron y, lo aceptó… y ahí está, en el Concejo de Ibagué, acompañado de otros destacados dirigentes, ejerciendo un verdadero control político, apoyando lo positivo para la ciudad y, oponiéndose, a lo que no les conviene a los ibaguereños.

Si bien es cierto, que “la justicia cojea, pero llega”, también es cierto que “las ías” (Fiscalía, Contraloría, Procuraduría) han venido mostrando una importante labor investigativa y de control en muchas regiones del país, entre ellas nuestro Tolima. Ese trabajo toma tiempo y es, precisamente, el que hace que el ciudadano del común, vaya creyendo nuevamente en sus instituciones.

El resto, son nimiedades: que el avión, que la amiga, que la hija, que la tía,  que no hacen nada contra fulanos y zutanos... ahí están evidenciando que, aunque sus nombramientos tienen un “tufillo” que los compromete, también están demostrando que deben defender esa institucionalidad,  a la que ellos mismos, pertenecen. De lo contrario, “apaga  y vámonos”.

Adendo: El tema de “bajar los estratos”, esbozado en la columna anterior, que tuvo una magnífica acogida entre los lectores y oyentes de “La FM Noticias”. Es que, como se dice: la gente no puede estar con ingresos de estrato 2, y pagando el estrato 3.

Los economistas en general, dicen que, la sociedad colombiana, va a bajar de estrato. Luego, ¿por qué no nos vamos acomodando de una vez y, no esperar a que los postulados de los anarquistas, bajo la filosofía de Mijail Bakunin, vayan cogiendo vuelo? ( “La pasión por la destrucción, es también la pasión creativa”  ¿…? ).

HUGO PATARROYO MURILLO

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