¿Con qué “Autoridad Moral”?

Hugo Patarroyo Murillo

La anterior, fue una frase que se utilizó durante mucho tiempo y, que, como todo lo bueno, se fue “diluyendo” y se terminó perdiendo en las penumbras de la actual sociedad. Igual le pasó a la ética, a los llamados “principios” y al respeto por los demás. Ésa frase quería decir, ni más ni menos que, la persona que “sentaba cátedra” sobre algo, debía ser no solamente conocedora del tema, sino también transparente, impoluta, diamantina. Mejor dicho, ser poseedora de la famosa “Autoridad Moral”. Y… por el contrario, cuando el individuo no poseía ese tipo de autoridad, era porque su comportamiento se clasificaba como contaminado, corrupto, deshonesto, así fuera conocedor del asunto a discutir. Siempre afloraba el cuestionamiento: ¿la persona tiene o no, “Autoridad Moral”, para proponer tal o cual cosa?
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Pues bien, es muy difícil -y, eso hay que entenderlo- que,  no es fácil sentarse a negociar, a planear, a discutir proyectos, entes, elementos, con personas que no tienen “Autoridad Moral” para indicar qué se debe hacer. De allí que resulte tan complejo repantigarse en una mesa y hablar de economía, de salud, de café, del futuro de un Municipio o un Departamento. Es muy “jodido”, mirarlos a los ojos y percibir que, cuando hablan, detrás de ellos hay un trasfondo que está cobijado por un sinnúmero de desaciertos y actos ilícitos. No se sabe si, ellos lo perciben, pero, lo cierto es que, solamente a sus cómplices se les hace un signo pesos en los ojos, cuando ellos se dirigen a los demás. Un Instituto de Lenguas, el Mediterráneo Sol de Granada en España, dice: “La vista y la mirada están, más que los otros sentidos, cerca de nuestra mente y nuestra conciencia y, por éso, expresan inevitablemente las cosas y sensaciones de las que somos conscientes” y, continúa: “Según muchas tradiciones, “los ojos representan el espejo del alma”, porque reflejan de manera inmediata todas nuestras emociones, nuestros miedos y nuestras caras emotivas más secretas”.  Es indudable que, una persona sin “Autoridad Moral”, se hace el “guevón”, contempla hacia arriba y trata de “sentar cátedra” sobre los más diversos temas. No es sino mirarles a los ojos. Es el “modus operandi” en Colombia y particularmente en nuestro Tolima.

De alguna forma, se encuentra algo de explicación académica, sobre la “Autoridad Moral”,  en un artículo intitulado “Así funciona el cerebro de una persona corrupta” publicado en  el diario El Tiempo (01/02/20) y, en el que se referenciaron destacados investigadores como el Neurólogo Roberto Amador López, autor de “Estética , Moral y Cerebro” y nos  dice: “También se ha comprobado que, el maltrato, el estrés y el desapego familiar en la primera infancia, impiden la formación de circuitos que determinan lo perceptual y lo emocional, sobre lo que se construye el sistema emocional anticipatorio, que es la base biológica de la ética y la moral” y remata diciendo “Sin control, sin educación, con refuerzos positivos y patrones culturales que conciben el delito, como una costumbre más, éstos individuos con fragilidades en su desarrollo cerebral, fácilmente se deslizan hacia comportamientos deshonestos”. Ahí está.

Adendo: No hay que ser “docto” académicamente, para tener “Autoridad Moral”. Incluso, hay gente que, no es lo suficientemente erudita y, se “ponen de ruana” a los que presumen de sus “Diplomas”.

HUGO PATARROYO MURILLO

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