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“Todo” es todo. Quiere decir que no hay nada que se le pueda escapar. No puede haber grietas. Sabe en qué momento se deben hacer “íntegras” las cositas. La verdad, no se sabe, en qué momento emergió una figura política de semejantes quilates. Dicen que fue durante su paso por la Alcaldía de Ibagué, donde se hizo a magníficos profesores del sistema político tolimense.
Sabe cuál es el momento adecuado. Tiene el “don” de ser oportuno, que es algo que muchos no entienden que se debe obtener. El político debe ser, ante todo, pertinente. Si no sabe llegar en el momento apropiado, lo más probable es que le digan que no, así llegue con las mejores ofertas. Es algo del manejo de las relaciones interpersonales. Hay que tener “el don” de la oportunidad.
El tema es que, este tipo de “dirigentes”, los hay en todo el mapa político colombiano. La culpa no es de ellos. Es nuestro sistema político el que lo permite. Incluso, hay algunos líderes que no contentos con su manejo regional, aspiran a proyectarse en el plano nacional. Léase el caso de los Char, respetable familia de origen libanés (del Líbano en el Medio Oriente, no de más arribita de Convenio, en el norte del Departamento) quienes “con todos los juguetes”, aspiran a que se les vaya incluyendo como “Presidenciables” en Colombia. Válido. Nuestro sistema político lo consiente. Que sea bueno o malo, ese es otro tema. Aún más, como en las épocas de las “Ciudades Estados” Italianas (Génova, Venecia, Milán, Florencia, etc.) las familias se unían coyunturalmente, unas y otras, y los señores feudales se enfrentaban entre sí, llegando incluso a cuestionar a los Papas de la época, en Roma (léase Bogotá). Tal parece que “este es el momento” debido, para ir buscando pista de aterrizaje. Lo que sucede es que los Char no van a dar exclusividad de planeo. Los recibirán a todos.
El alto dirigente político sabe muy bien que este no es el “momento” de revocatorias. El tema de la salud ocupará este año y el entrante los primerísimos lugares en la atención de los tolimenses. No le preocupa que su Alcalde viva dando “palos de ciego”. De vez en cuando “le jala las orejas” y, eso es todo. Le resultó un poco “díscolo” el muchacho de Ibagué. Mucho más aventajado le derivó el del “Palacio del Mango”.
Dentro del esquema de “Todo a su debido momento”, el espigado dirigente sabe que este es el momento de las propuestas de grupos políticos, como el de Dignidad que dirige el senador ibaguereño Jorge Enrique Robledo, que va ocupando poco a poco el centro del espectro político a nivel nacional. El resto, ni le va ni le viene.
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