El pasado 20 de diciembre, el menor de seis años, presentó graves síntomas de intoxicación, por lo que fue trasladado a la Clínica Foscal Internacional en Floridablanca en Barrancabermeja, Santander, tras ser inicialmente atendido en un hospital local.  La tragedia comenzó el 15 de diciembre, cuando el pequeño, luego de participar en un encuentro familiar, comenzó a sufrir de calambres, dolor abdominal y sudoración.

Tras sospechar que podría haber ingerido un artefacto pirotécnico, sus padres lo trasladaron de urgencia al hospital. La situación empeoró rápidamente y el niño fue remitido a la Clínica Foscal Internacional debido a la gravedad de su estado. Los médicos diagnosticaron una intoxicación por fósforo blanco, un compuesto altamente tóxico utilizado en la fabricación de pólvora. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición al fósforo blanco, incluso por contacto con la piel o al ingerir pequeñas cantidades, puede ser letal, especialmente en niños.

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El toxicólogo Álvaro Cruz Quintero, director del Centro Regulador de Urgencias y Emergencias (Crue), explicó que las primeras 24 horas son cruciales para salvar la vida de un menor intoxicado por pólvora. “El fósforo blanco causa graves daños a órganos vitales como el hígado, riñones, y corazón, lo que puede resultar en una muerte casi segura si no se interviene a tiempo”.

Durante su hospitalización, el niño sufrió complicaciones graves que finalmente llevaron a su fallecimiento en la tarde del 20 de diciembre. El secretario de Salud de Barrancabermeja, Andrés Manosalva Camargo, hizo un llamado urgente a los padres para mantener a los niños alejados de la pólvora, destacando que este tipo de tragedias son totalmente evitables.

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Por su parte, el alcalde de Barrancabermeja, Jonathan Vázquez, expresó su profundo pesar por el incidente y reiteró el llamado a prevenir el uso de pólvora, especialmente entre los menores. “Este tipo de hechos enlutan a una familia barranqueña y son completamente evitables”.