Colombia, entre etólogos y charlatanes

Hugo Patarroyo Murillo

Dice Google -reitero- nuestro diccionario Larousse de hoy en día, que, la etología es el estudio de “las características conductuales distintivas de un grupo determinado y cómo éstas evolucionan, para la supervivencia del mismo en un ambiente determinado” , anotando que, el objeto de los etólogos, es “el estudio del comportamiento animal en su interacción con el medio. Los seres humanos, en tanto que animales, forman parte de estudio de la etología. Algunos autores, denominan a ésta especialización , “etología humana”, diferenciándola expresamente de la psicología o, la sociobiología”.
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Pero también, anota el portal web que “los objetivos de los etólogos son el estudio de la conducta, instinto y de las relaciones con el medio, así como el descubrimiento de las pautas que guían la actividad innata o aprendida de las diferentes especies animales” Por ende, “los etólogos estudian en los animales aspectos tales como la AGRESIVIDAD, EL APAREAMIENTO, EL DESARROLLO DEL COMPORTAMIENTO, LA VIDA SOCIAL Y MUCHOS OTROS”

Las anteriores definiciones, bien pueden servir como instrumentos para  analizar, y clasificar las conductas que se asumen por la actual dirigencia política de nuestro país. No es sino traer a colación, la cantidad de “entuertos”, “oprobios” y “despropósitos” que, se ven día a día con los temas que se plantean en el firmamento nacional. 

Lo otro es, tratar de interpretar, qué hay detrás de todo eso.  Cuál es la estrategia que se ha montado, si es básicamente para distraer la atención del colombiano medio y encausarla hacia otros lados.

Hoy en día, y de aquí, a que termine el gobierno Petro, el tema es y será la famosa “Asamblea Nacional Constituyente”.  Al país, lo obligarán a que se le olviden todos y cada uno de sus mega-problemas.  Nos forzarán a engullir “Constituyente”. En ésta Isla de Utopía, que nada tiene que envidiarle a la de Tomás Moro, comeremos “Constituyente” al desayuno, al almuerzo y a la comida. 

Muy seguramente, respondiendo al cuestionamiento lanzado por  el reconocido jurista Alfonso Gómez Méndez,  sobre “qué diablos, es lo que quieren hacer ?” aparecieron en el “X” algunos de los ítems a “acordar”: unos obvios tales como los temas de salud, educación, pensiones, ordenamiento territorial, reforma agraria, desarrollo económico en ciertas regiones, el clima, un pacto económico productivo y… otros temitas “no tan obvios”, como reforma a la política, reforma a la justicia y, los concernientes a una paz definitiva. Son éstos tres últimos, los que producen “rasquiña” a los conocedores del juego político. Se dice que es por ahí, por donde se pueden colar, “muchas cositas”, tales como la reelección presidencial inmediata, las expropiaciones tipo “fast track”, la clausura del legislativo ( cierre del Congreso y, por ende las Asambleas Departamentales y Concejos Municipales), etc.etc. , así los promotores digan que no, que nada de eso vá a suceder. Está comprobado que, hay que creerles es, precisamente, lo que no dicen.

De todas formas, se continúa con la estrategia de hablar de grandes “Acuerdos Nacionales” para una Constituyente. Habrá que ver, si el curtido y brillante negociador Juan Fernando Cristo, se entiende totalmente con el promotor de esta “batahola”. Salidas de los ministros “a los sombrerazos” se han visto.

Para descifrar todo, bien vale utilizar de un lado las herramientas académicas que proporciona la etología humana y, del otro, el manejo de la galopante “charlatanería”, tal y como la define,  el exsenador Jorge Enrique Robledo.

 

Hugo Patarroyo Murillo

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