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Dicho dinero usurpado a los colombianos por la corrupción, dice la revista: “cubriría dos veces el total del dinero destinado a las carteras de transporte, agro, justicia, inclusión social, comercio, industria y turismo, ambiente y desarrollo, relaciones exteriores, ciencia y tecnología, deporte y recreación, planeación, comunicaciones y cultura, que suman 28,2 billones de pesos todas en conjunto, sobrepasando también el presupuesto de educación para el año 2018 que fue de 37.5 billones de pesos igual que el de defensa 31.6 billones y salud 24.5 billones de pesos”.
A pesar de que el tema ha dado para infinitas investigaciones desde la academia y los entes de control, pareciera estar enquistado en los pensamientos de muchas personas, que no apoyan la formación que la escuela le brinda a sus hijos; por insignificante que parezca, muchas prácticas podrían ir gestando futuros actos repudiables.
Como parte del proceso de desarrollo en el curso de Teoría e Historia de la Didáctica en la Universidad del Tolima, la estudiante Luisa Gabriela Díaz Millán, desarrolló un ejercicio de investigación en la Licenciatura en Literatura y Lengua Castellana, con 26 estudiantes del grado tercero de primaria en una Institución Educativa oficial.
En dicho nivel los estudiantes desconocen la importancia que tienen los derechos de autor como parte fundamental del respeto por la propiedad intelectual ajena y es evidente que asumen con ligereza las actividades que proponen los docentes, consultando en sitios web no académicos, cortando y pegando, como lo plantea Luisa Gabriela.
Los estudiantes después de un proceso de acompañamiento empezaron su actividad sobre un capítulo del libro Cien Años de Soledad, profundizando sobre el autor, consultando información relevante, realizando la interpretación del capítulo y la relación del mismo con otros textos.
Los estudiantes denotaron el disfrute temático, aprendieron a citar según corresponde e hicieron evidente el aprendizaje significativo. Sin embargo, alarma la indiferencia total de los padres de familia por dicho tema, considerado sin ninguna importancia.
Y es que poco se enseña en la escuela a reconocer la propiedad intelectual mediante las citas que por normas se deben ubicar, evitando el apropiarse a temprana edad de algo que no le pertenece.
Esta debe ser de las primeras enseñanzas impartidas también en nombre de la honestidad pensando en la necesidad de formar para que las nuevas generaciones conozcan el valor de no caer en abusos que podrían convertirse en corrupción, porque esto puede ser visto de dicha manera.
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