Con relativa frecuencia, los médicos oncólogos del Instituto Nacional de Cancerología se quejan de la falta de recursos para atender y completar tratamientos de niños con cáncer, especialmente del tipo de las leucemias; son cánceres posibles de curar; sin embargo, la tramitomania y lo dispendioso para que sean aprobados dineros por parte de las EPS son demasiado demorados y complicados. Médicos a cargo de una unidad de diálisis renal ven con impotencia que no pueden atender la creciente demanda de enfermos que han entrado en una insuficiencia renal en su última etapa. No hay dinero para atender la demanda de pacientes con enfermedades crónicas como la artritis, la fibromialgia o la esclerosis múltiple. “Señora, no puedo hacer nada; la EPS no aprueba su tratamiento porque es muy costoso y no está en el POS”.

El médico se pregunta entre la frustración y la desesperanza porque escasean los recursos económicos si desde hace ya casi dos décadas los dineros para la salud se cuadruplicaron y Colombia es uno de los países de América Latina con mayores recursos destinados, en teoría, a la salud. Su reflexión es comentada con algunos colegas y se lleva la inquietud al seno de agremiaciones científicas, academias y laborales. Estas inician, con precarias herramientas, estudios e investigaciones para saber por qué no alcanzan los ingentes dineros de la salud. Los resultados ya los conoce la opinión pública: corrupción, despilfarro y desgreño.

Los médicos se dan cuenta por sus estudios del sistema, que la plata de la salud se dedica a múltiples y costosas actividades que no tienen que ver con la salud. Encuentran, por ejemplo, que el equivalente a dos millones 714 mil dólares, que alcanzarían para cubrir tratamientos completos de al menos 90 niños con leucemia, fue empleado para contratar un bufete de abogados para defender una EPS; el abogado cobró cinco mil millones de pesos, que es lo que significan los dos millones 700 mil dólares. Hoy es un importante funcionario público. Encuentran que una firma consultora económica y financiera asesoró a la misma EPS para maximizar sus ganancias, a un costo de 79 mil dólares, dineros suficientes para atender 53 casos de cáncer de cuello uterino en mujeres de escasos recursos. Encuentran que un contrato de asesoría a una EPS en aspectos ajenos a la salud costó 78 mil dólares, dinero que alcanzaría para 159 tratamientos de radioterapia para mujeres con cáncer de seno.  

Los médicos llevan a cabo estudios comparativos con sistemas de salud de otros países similares a Colombia y encuentran que con el dinero actual se podrían atender de manera adecuada las patologías existentes; sus cálculos se basan en estudios e investigaciones de los costos de la atención de enfermedades en otros países.

Finalmente, los médicos llegan a la triste conclusión de aceptar que el sistema de salud colombiano no será cambiado, porque en él participan bufetes de abogados, empresas asesoras de economía y finanzas, profesionales de otras ramas de actividad y son ellos quienes manejan la salud; no los médicos ni los trabajadores de salud y, mucho menos, los pacientes y sus familiares.