La relación entre la denominada “comida chatarra” y la obesidad ha sido bien estudiada y demostrada. Comer este tipo de comida puede no sólo afectar la salud física. Un nuevo estudio encuentra que la cantidad de comida chatarra que ingieren los niños también puede influir en su desempeño académico. Según un estudio publicado por la revista Clinical Pediatrics liderado por la Dra. Katy Purtell, profesora de la Universidad Estatal de Ohio, USA, se encontró que cuanto mayor sea la frecuencia de consumo de comida chatarra por los niños en quinto grado, al evaluar su desempeño en el octavo grado en las materias matemáticas, lectura y ciencias sus pruebas en octavo grado fueron malas.
Casi el 40 por ciento de las dietas de los niños provienen de grasas poco saludables y azúcares añadidos y sólo el 21 por ciento de los jóvenes de seis a diez y nueve años de edad consumen las cinco porciones de frutas y verduras al día recomendadas. En este último estudio, la Dra. Purtell y su equipo querían determinar si el consumo de comida rápida afecta el desempeño del niño en el colegio. Los investigadores analizaron datos de 11.740 alumnos, estudiando sus historias de 1998 y 1999. En primer lugar, los niños de quinto grado completaron un cuestionario de consumo de alimentos. De estos, el equipo encontró que sólo el 29 por ciento de los niños no consumieron comida chatarra en la semana anterior a la encuesta. Entre los que consumieron comida chatarra, un 10 por ciento lo hizo todos los días; un 10 por ciento reportó haber comido cuatro a seis veces por semana. Los niños restantes consumieron comida chatarra una a tres veces en la semana anterior al cuestionario. Posteriormente, se analizaron las pruebas de lectura, matemáticas y ciencias en quinto grado y cuando llegaron al octavo.
Los resultados fueron sorprendentes: los niños que consumen comida rápida cuatro a seis veces por semana o cada día tuvieron notas más bajas en un 20 por ciento en matemáticas, lectura y ciencias en el octavo grado comparados con los niños que no consumieron comida chatarra. Los niños que comieron de una a tres veces por semana tenían notas más bajas en la prueba de matemáticas, en el octavo grado, en comparación con aquellos que no la consumieron. La Dra. Purtell dice: “Hay mucha evidencia de que el consumo de comida chatarra está vinculado a la obesidad infantil, pero los problemas no terminan ahí. Depender demasiado de la comida chatarra podría afectar el desempeño de los niños en el colegio. No estamos diciendo que los padres nunca deben alimentar a sus hijos con comidas rápidas, pero estos resultados sugieren que el de comida chatarra se debe limitar tanto como sea posible.”
La comida rápida carece de nutrientes asociados con el desarrollo cognitivo; las dietas altas en grasa y alto contenido de azúcar deterioran la memoria y las habilidades de aprendizaje en los niños.
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