Las urgencias de Ibagué

Pablo Isaza Nieto

Las urgencias de los hospitales y clínicas de Ibagué están saturadas, colapsadas. Pero no son solo las urgencias; la ciudad presenta un acentuado déficit de camas hospitalarias en general, al igual que el departamento. La cifra de camas por mil habitantes en Colombia es de 1,7 lo que se considera deficiente máxime si se compara el país con otras naciones de la región con menor población, como Cuba (5,1), Uruguay (2,5) o Panamá (2,3). En Estados Unidos hay 2.9 camas por cada mil habitantes y en Alemania ocho por cada mil ciudadanos. Así, el déficit de camas en general y el de urgencias en la ciudad es más que crítico. La cifra de camas de urgencias para Ibagué no alcanza ni siquiera un 0,5%. ¿Qué ha sucedido? Se han cerrado las urgencias de Medicadiz, las de la Clínica Minerva y las de Medimás. El caso más reciente es el del Medicadiz, institución de alto nivel científico y tecnológico, orgullo de la ciudad; el cierre se ha dado porque las EPS no le pagan los servicios prestados en su unidad de urgencias. Esto quiere decir que ha trabajado con un déficit incremental que le impidió responder por sus obligaciones en términos de recursos humanos, de medicamentos, servicios y otros. Esta situación representa lo que es el Sistema de Salud de Colombia, Ley 100: las EPS recaudan el dinero de los contribuyentes y el Gobierno, pero no lo entregan a las IPS, léase clínicas y hospitales. Es la intermediación financiera en salud.

En un sistema de salud mal estructurado, las urgencias constituyen la puerta de entrada para la atención de pacientes, lo cual no debería ocurrir si se contara con sólidos programas de medicina preventiva. Estudios serios han demostrado que aproximadamente el cincuenta por ciento de las personas que recurren a un departamento de urgencias no necesitan este servicio y pueden ser vistos en la consulta externa de primera línea por médico general. Estos mismos estudios identifican las causas. La primera y más importante: los pacientes tenían acceso limitado a servicios de atención primaria, oportuna atendida por médicos generales. ¿Solución? Acudir a urgencias. La segunda, las urgencias proporcionan atención conveniente después de horas laborables y fines de semana. Tercero, en alguna forma las urgencias ofrecen a los pacientes tranquilidad inmediata sobre sus condiciones médicas. La cuarta, los médicos generales de atención primaria remiten sin justificación a los pacientes a urgencias. La quinta, por ley todo paciente debe ser atendido en urgencias. Así la demanda de urgencias es desmesurada. Un estudio realizado en Estados Unidos demostró que la mayoría de los problemas del paciente no eran urgentes, y podían ser tratados por médicos de atención primaria, o eran prevenibles. En números redondos significaba que muchas de las visitas a urgencias cada año podían evitarse.

Ibagué está frente a una gran crisis sanitaria. Con quinientos mil habitantes (523.000) no tiene camas de urgencias para atender siquiera una población como la de Líbano (48.000) o Espinal (70.000).

Comentarios