Fortalecer ingresos territoriales

Jaime Eduardo Reyes

El Gobierno nacional reconoció la semana pasada que los choques derivados del Covid-19 tendrán un fuerte impacto en las finanzas públicas del país.
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Durante la presentación del marco fiscal de mediano plazo 2020, el Ministerio de Hacienda justificó la suspensión de la regla fiscal, por dos años, en el hecho de que la magnitud del impacto supera el espacio permitido por esta.

Para las entidades territoriales, los escenarios de afectación de los Ingresos Corrientes de Libre destinación no son alentadores, varían dependiendo de los escenarios, para los departamentos reducciones entre un -10% y -46%, para las ciudades capitales entre un -10% y -48%, y para no capitales entre un -8% y -39%.

Esta situación revive el debate sobre los recursos territoriales, en particular sobre la limitada autonomía que tienen los gobiernos subnacionales sobre los recursos transferidos desde la nación, la relación entre el total de los ingresos por impuestos (18%) y el gasto (30%), y la poca autonomía para sacar provecho de las fuentes propias.

La actual situación provocada por la pandemia del Covid-19 y los viejos problemas obligan al Estado a revisar y modificar la estructura tributaria territorial. El punto de partida será el informe que la comisión de expertos presentó la semana pasada al Ministerio de Hacienda, con el fin de tener una estructura tributaria más sencilla, que le permita a las entidades territoriales ser mucho más eficiente con su actividad fiscal y asegurar que el recaudo tenga una tendencia creciente. El desafío es mejorar la estructura fiscal para fortalecer los ingresos de los gobiernos territoriales.

Ahora bien, para que las entidades territoriales puedan participar en la reactivación económica implica en el corto plazo concretar la actualización catastral urbana y rural, los ingresos por plusvalía, en los municipios, y, hacer permanente la destinación del 100% de la sobretasa al ACPM a los departamentos. Capítulo aparte merecen, en el mediano plazo, el impuesto de industria y comercio, y, los impuestos al consumo de cigarrillo y tabaco, cervezas y licores, y bebidas azucaradas.  

Por supuesto que además de lograr eficiencia en el recaudo y en el gasto, no se puede desconocer la necesidad de eliminar la corrupción y fortalecer la transparencia, de nada serviría mejorar los ingresos si se los roban.

Finalmente, aunque no es un ingreso directo a las arcas del municipio, un mecanismo que merece ser fortalecido, corrigiendo sus debilidades y ampliándose a entidades territoriales más allá de los municipios PDET, es el conocido como obras por impuestos, mediante el cual las empresas tienen la posibilidad de pagar hasta el 50% de su impuesto de renta, a través de la ejecución directa de proyectos de inversión. Al fin y al cabo, no se busca mejorar los ingresos como fin en si mismos, sino que se hace para poder aumentar inversiones en bienes públicos y servicios fundamentales.   

JAIME EDUARDO REYES MARTÍNEZ

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