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El propio presidente afirmó que el mundo obrero tiene que unificarse para poder ganar capacidad de negociación, ese mundo sindical que no llega a la mayoría de los trabajadores y trabajadoras de Colombia, debe cambiar a través de la ley, por una fuerza organizada, que pueda velar por todo aquel y toda aquella que gane un salario en cualquier parte del país.
La reforma busca rescatar derechos como recargos dominicales y festivos del 75 % al 100 %, jornada diurna de 6:00 a.m. a 6:00 p.m. y recuperar la nocturna de 6:00 p.m. a 6:00 a.m. Asimismo, priorizar el contrato a término indefinido y disminuir la tercerización laboral, para favorecer la estabilidad laboral.
Para entender la reforma y sus impactos lo primero que se debe decir es que esta propuesta tiene su foco sobre quienes ya tienen empleo, busca mejorar las condiciones de aquellos trabajadores que hacen parte del sector formal, como ya escribí, eso está bien, sin embargo, en un país con mucha informalidad, micronegocios y microempresas la reforma se queda corta.
Hemos escuchado muchas veces a los empresarios decir que los altos costos laborales y la baja productividad de los trabajadores hacen que no sea fácil crear nuevos puestos de trabajo formales.
El incremento de los costos puede llevar a que la empresa no cree nuevos empleos o que tenga que contratar menos. Lo otro es que los costos se transmitan al consumidor final llevando a aumentar los precios y por ende la inflación.
Reducir la jornada laboral de 48 a 42 horas no solo es un reto en términos de costos para la empresa sino también un desafío en términos de productividad, es decir, que los trabajadores, como mínimo, mantengan los actuales niveles de producción. La advertencia que han hecho los empresarios es que la reforma laboral podría terminar aumentando el desempleo en un país con altos niveles de desempleo.
Finalmente, hablando de productividad, cuestión fundamental en las discusiones sobre lo laboral, será muy interesante ver al Congreso de la República como mejora sus niveles de productividad estudiando, debatiendo, y aprobando las reformas, ¿Será que ellos tendrán la capacidad de ir al fondo de los asuntos o todo terminará a pupitrazo limpio? Ojalá los congresistas se tomen el tiempo para lograr aprobar una reforma que logré un consenso con los empresarios.
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